Iñaki Artola vela armas de cara al duelo de la liguilla de cuartos de final del Cuatro y Medio que le medirá este viernes en Amezketa a Jokin Altuna. Llega tras dejar en la cuneta con muchísimo sufrimiento a Asier Agirre (22-21) en octavos y después de un verano en el que ha logrado destacar por su buen juego, pese a que Baiko le ha dejado fuera de las citas estivales más importantes. Optimista por naturaleza, el de Alegia cree que su techo está por llegar y se marca un objetivo ambicioso: llegar a una final de un gran campeonato. Lo logró hace dos años en el Manomanista, pero una inoportuna lesión le impidió pelear por la txapela. Eso aún le escuece.
¿Se ha recuperado ya de la paliza que se pegó el pasado viernes en el partido contra Agirre?
Fue físicamente muy duro. Además, el cuerpo nota otra tensión en estos partidos de campeonato y darle la vuelta cuesta bastante más que en los de verano. Pero poco a poco vamos recuperando.
¿Le sigue dando vueltas a cómo se llegó al 21 iguales cuando parecía tenerlo controlado con el 15-7?.
Yo en ningún momento pensé que lo tenía muy controlado. Es cierto que lo tenía bien encarrilado, pero contra Asier siempre he jugado partidos muy duros, así que intuía que podía pasar. Si tuve algún mérito fue precisamente el de no salirme del partido. Él cogió una tacada importante, pero yo me mantuve en la pelea y en ese aspecto estoy satisfecho.
Habría sido un gran palo perder. Venía además de caer los dos últimos años a las primeras de cambio en el Cuatro y Medio.
Sí. Durante la semana, solemos intentar tomar el partido como otro más, porque la presión no ayuda. Pero cuando empieza, notas su valor. Con el sistema de la liguilla de cuartos, en esta primera eliminatoria te juegas mucho. El premio de disputar tres partidos más es muy grande. Y la opción de, aunque pierdas el primero, poder pasar a semifinales si ganas los dos siguientes... Es muy grande.
Viene de hacer un buen verano en los partidos que ha jugado, ajenos a los grandes torneos estivales. Visto el nivel que ha exhibido, ¿cree que podría haber gozado de alguna oportunidad en alguna de esas cita más importantes?
Creer está claro que sí. Noto que tengo nivel y que lo he tenido durante el verano para jugar partidos de arriba. Al mismo tiempo, también he intentado pensar poco en eso. Llevo ya nueve años en profesionales y es tiempo suficiente para ver que nunca sabes cuándo te puede llegar la oportunidad. El secreto está en seguir, ser terco. Estoy jugando con esa actitud.
"Creo que tendré opción de renovar. Yo al menos estoy con muchas ganas de seguir jugando, a decir verdad más que nunca. Pero queda mucho. Un campeonato, unos pocos partidos, pueden cambiar mucho la situación"
Acaba contrato a finales de año. ¿Cómo ve la situación?
Creo que tendré opción de renovar. Yo al menos estoy con muchas ganas de seguir jugando, a decir verdad más que nunca. Estoy gozando en el frontón, teniendo continuidad, dando bastante buen nivel… Pero queda mucho. Un campeonato, unos pocos partidos, pueden cambiar mucho la situación de nuestros contratos.
En el partido contra Agirre, ¿le rondaba por la cabeza la idea de que el resultado podía ser importante de cara a esa renovación?
Diría que no. Lo viví como un partido más. Estamos acostumbrados. Desde que empecé he hecho siempre contratos de dos años, es lo normal si no eres una gran figura. Los que, como yo, no tenemos un puesto demasiado asegurado en Primera, siempre estamos con la sensación de que nos jugamos la vida en todos los partidos.
Se estrena en la liguilla de cuartos contra Jokin Altuna, un pelotari al que conoce de toda la vida, del pueblo de al lado… Imagino que, dejando a un lado la dificultad del envite, siempre es especial para usted enfrentarse al de Amezketa.
De la dificultad ni merece la pena hablar… En la presentación, vi que el primer partido de Jokin estaba puesto en Amezketa y yo, siendo del pueblo de al lado, pensé en lo bonito que sería poder jugarlo. Luego, dio la casualidad de que me tocó en la misma rama y he podido ganar el primer partido. No puedo pedir más. Estos días se nota en la calle ese ambiente, ese pique que tenemos en la zona por haber coincidido desde jóvenes.
Hace dos años llegó a la final del Manomanista, pero no la pudo disputar por una lesión. ¿Se ve ahora a un nivel próximo al de entonces?
Es difícil saberlo. Entonces yo sentía que estaba muy bien, quizás en mi mejor momento en profesionales. Ahora habrá que ver. Llegar otra vez a una final está muy, muy caro. Pero si ese año me enseñó algo es que quien llega una vez, puede llegar dos veces. Es difícil, pero ¿por qué no? La espinita de no haber podido jugar esa final está ahí. Soy consciente de lo difícil que es, pero como objetivo está ahí, llegar otra vez a una final.
"Creo que mi mejor versión está por llegar. Tengo bastantes áreas en mi juego que puedo mejorar.Por un lado es malo, pero lo positivo de eso es que ves tu techo lejos"
Con 29 años, ¿está aún por llegar la mejor versión de Iñaki Artola?
Creo que sí. Físicamente y por golpe me siento muy bien. Noto que, además, la experiencia te da un plus. No es lo mismo afrontar este tipo de partidos con veinte años que ahora. Estoy muy motivado. Siento que aún tengo bastantes áreas en mi juego que puedo mejorar. Por un lado es malo, pero lo positivo de eso es que ves tu techo lejos. Veo posible una mejora.
Separa pelotas "más exigentes"
Iñaki Artola y Jokin Altuna procedían este martes a la elección del material que utilizarán el viernes, en el duelo que dirimirán en Amezketa. “Por ese lado, sin excusas”, comentaba el de Alegia, que ha separado dos pelotas de 104,5 y 106.1 gramos: “Yo estoy a gusto con las mías. Son un poco más exigentes, más blanquitas, con algo más de salida. Las suyas son más oscuras, más rápidas. Es el tipo de pelotas que suele sacar”. Tampoco tiene quejas Artola del frontón, el Larrunarri del pueblo natal de su rival, Altuna, en el que ha jugado en bastantes ocasiones, sobre todo en su época de aficionado. “Él lo conocerá mejor, pero no hay excusas porque yo también. El frontón es bastante bueno y noble, el suelo no resbala”, destaca respecto al escenario del pulso contra el ídolo local.