Zabala se gana un puesto en la final y la devoción del público del Adarraga

Además de ganarse el derecho a disputar esa final y seguir soñando, Zabala también se ha adueñado del corazón de la afición riojana, que tiene ya en él un nuevo ídolo, su gran esperanza. El joven delantero local decía la semana pasada, en declaraciones a este medio que lo que más le importaba era dar la talla y no desentonar en este torneo de San Mateo, que suponía para él su bautismo en una competición de primera línea. Zabala ha hecho mucho más que eso. Empezó muy atenazado y titubeante en su estreno el pasado domingo ante Larrazabal-Imaz, pero acabó soltándose la melena y contribuyendo decisivamente a la victoria (22-14). Esta noche, en su segunda comparecencia, el riojano ha cuajado una brillante actuación de principio a fin. Apoyándose en el dominio ejercido por un Zabaleta imperial, ha actuado con cabeza. Salvo en contadas ocasiones, no ha caído en la trampa que le ha intentado tender Altuna. Ha rehuido el enredarse delante en una situación que sólo le interesaba a su rival y ha priorizado el juego en largo, sacando a relucir el látigo que tiene en sus brazos. Especialmente espectacular ha resultado el 7-11, producto de un estratosférico sotamano de zurda al estilo de Irribarria. Ese ha sido uno de los doce tantos que ha firmado, sólo dos de ellos obtenidos de saque. Además, ha sabido controlar su sangre caliente y únicamente ha perdido una pelota.

Saltaban a la cancha muy enchufados los azules, con prisas por alcanzar cuanto antes el cartón 17. Esa salida en tromba ha dejado sin respuesta a Altuna y Martija, que en un visto y no visto ya se han visto con la pesada rémora de un 1-6 en contra. Zabaleta, que ha ido de menos a más, no arrollaba todavía a su rival en la zaga, pero se mostraba más consistente y largo en sus pelotazos. Altuna se agarraba a lo que podía para intentar entrar en acción y lograba un acercamiento a un 7-10. Ese era el preludio a una racha espectacular de Zabala, que comandaba una tacada de cuatro tantos (7-14). De nuevo surgía Altuna para intentar no perder de vista a sus contrincantes, pero su empeño no daba más que para un parcial de 3-0 que establecía un 10-14. Zabaleta ha tomado el mando de las operaciones para cortar cualquier amago de motín, masacrando las posiciones de Martija con zambombazos largos y arrimados a pared. Al calor del fuego amigo, Zabala ha vuelto a pisar el acelerador para zanjar la cuestión al subir al luminoso el 10-17. Ya con el billete a la final en el bolsillo, un par de regalos de los azules tras el 10-18 precedían al último tanto de los colorados, obra de Altuna en un dos paredes. De ese 13-18, los ganadores se han ido directos al 22, rubricado con maestría por Zabala con una delicada parada al txoko que desataba la locura en el Adarraga.

En el partido preliminar, victoria de Elezkano II-Tolosa con voltereta final para derrotar a Urrutikoetxea y Eskiroz (18-22).