El tenista Bublik, uno más entre los deportistas que han mostrado rechazo hacia su profesión
El kazajo forma parte de un grupo en el que se pueden encontrar nombres ilustres del deporte
Alexander Bublik no es el primero ni será el último deportista capaz de reconocer su aversión hacia la profesión que ejerce y que a la vez le ha permitido destacar como uno de los mejores del mundo en su especialidad. En una entrevista publicada por L'Equipe en 2020, el tenista kazajo de origen ruso aseguró: “Odio el tenis con todo mi corazón. Odio todos los días que tengo que jugar. Para ser sincero, no veo un punto positivo en ser tenista. Solo juego por dinero”. Esto no le ha impedido ser el segundo jugador de tenis con más títulos de la temporada, únicamente superado por Carlos Alcaraz.
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Coincidiendo en el ámbito del tenis, Serena Williams, con un récord de 23 torneos de Grand Slam y considerada como una de las mejores de todos los tiempos, sorprendió con una declaraciones en las que manifestó que “en realidad, nunca me gustaron los deportes y nunca entendí cómo me convertí en atleta. No me gusta hacer ejercicio, no me gusta nada que tenga que ver con trabajar físicamente”.
André Agassi, uno de los mejores tenistas de la historia con ocho Grand Slams en su poder, afirmó lo siguiente: “No empecé en el tenis por elección. Yo odiaba el tenis con toda mi alma y lo odié por la mayor parte de mi carrera. Era el número 1 más infeliz del mundo, prefería ser el 141”. Pese a ello, se le ha podido ver ejerciendo de embajador del tenis en entregas de premios.
En esa misma línea se pronunció Nick Kyrgios, que aseguró que “no me gusta mucho el tenis. No lo amo. Fue una locura cuando tenía 14 años. Yo era todo baloncesto y tomé la decisión de jugar al tenis. Me presionaron mis padres”. El poder de los progenitores, como se puede ver, ha marcado caminos.
Dos prolíficos jugadores de fútbol como Michael Owen o Gabriel Batistuta también admitieron detestar la profesión. “No veía la hora de retirarme porque el que estaba en el campo no era yo”, señaló el Balón de Oro inglés, que reconoció que tenía miedo a chutar por miedo a lesionarse. “A mí el fútbol no me gusta, solo es mi trabajo”, pronunció el máximo goleador de la selección argentina hasta que Leo Messi le desplazó de tal honor.
Conocido es también el caso de Víctor Valdés. El exguardameta del Barcelona no volvería atrás. “Me convencieron de que era bueno de portero y no me quedó más que coger ese camino. No es un camino fácil y no me ha compensado los años que he sufrido con los que me han ido bien. En otra vida, me dedicaría al cine, a otra cosa. Fútbol, no”, expresó el ganador de cinco Trofeos Zamora, más que nadie.
Marc-André ter Stegen, actualmente portero del Barça, también confesó en su día que para él, el fútbol es solo su trabajo y no un hobby o una pasión de la que disfrute particularmente. Al ser preguntado sobre la relación entre su tiempo de ocio y el fútbol, respondió: “No tengo ni idea, no veo mucho fútbol, sólo cuando hay partidos buenos o juega algún amigo. A veces, me preguntan por el nombre de un jugador y no tengo ni idea”.
Júlio César Chávez, uno de los mejores boxeadores de la historia libra por libra, también daría un giro a su historia. “Me gustaba el fútbol, el voleibol, el béisbol... Lo que menos me gustaba era el boxeo. Creo que hubiese sido mejor futbolista que boxeador. Quedé campeón en futbol y en boxeo perdí”, dijo el seis veces campeón mundial en tres divisiones de peso.