Cada deporte suele alumbrar de vez en cuando un atleta prodigioso, alguien imbatible quesupera barreras hasta parecer imbatible. En el atletismo ese perfil responde al nombre de Armand Mondo Duplantis que ha hecho del salto de pértiga la prueba más esperada, una garantía de espectáculo. En ella the sky is the limit, como dicen los estadounidenses, el cielo es el límite para Duplantis que ayer aseguró el oro con 6,15 metros y después se elevó por encima de los 6,30 metros para batir por decimocuarta ocasión el récord del mundo y, claro, llevarse el oro del Mundial de Tokio.
Desde el Mundial de Doha de 2019 cuando fue segundo con 5,97 metros igualado con el oro de Sam Kendricks, Duplantis ha ganado todas las grandes competiciones que ha disputado y acumula dos títulos olímpicos, tres mundiales y tres europeos al aire libre y tres mundiales y un europeo en pista cubierta.
El sueco supera el listón por encima de los seis metros como si fuera fácil. Sus rivales saben que su tope es ser segundos, pero disfrutan igualmente de competir ante un atleta ya legendario que busca en cada centímetro una manera de superar. “Parece poco, pero simboliza que sigo progresando. Me encanta el nuevo reto, no desaparecen las ganas. Cada vez es más difícil y eso hace parecer que el desafío no ha hecho más que empezar”, expuso el campeón.
Resulta admirable, por ello, el griego Emmanuel Karalis, que aprieta a su amigo hasta donde puede, que suele ser llevarse la plata últimamente. Ayer, a treinta centímetros del oro lo que no desmerece su brillante actuación, en la que rozó el listón en 6,15 metros, solo oscurecida por un saltador irrepetible. Tercero fue el australiano Kurtis Marschall, con 5,95.
Grandes sorpresas
El oro de Mondo Duplantis suele ser de los más claros en los últimos grandes eventos, también lo era el de Souffiane El Bakali en los 3.000 metros obstáculos. Pero el marroquí, doble campeón olímpico y mundial desde 2020, pareció pecar de exceso de confianza o de falta de concentración en una final muy lenta que corrió como siempre al final del grupo, remontó en la última vuelta y era claro vencedor en la recta, pero se descuidó y le adelantó en la parrila de meta el neozelandés Goerdie Beamish, un especialista en distancias más cortas. “Rocé el último obstáculo y perdí el equilibrio. Hoy no obtuve el resultado que esperaba y perdí, pero esta noche el deporte gana”, admitió el dominador de la prueba hasta ayer.
La otra sorpresa del día ocurrió en los 100 metros vallas femenino ya que el oro fue para la suiza Ditaji Kambundji, con 12.24, mejorando con creces su mejor marca personal.
En la prueba de 110 vallas, Asier Martínez corrió mal y quedó eliminado en series, lejos de los puestos que daban el paso a semifinales, donde sí entró con suficiencia el valenciano Quique Llopis.
En la madrugada de Euskadi, se vivió el mejor final del Mundial ya que el maratón masculino se resolvió en la foto-finish a favor del tanzano Alphonce Simbu, primer oro de su país en un Mundial. ante el alemán Amaral Petros, ambos en 2.09:48.