muchos son los estereotipos que rodean el mundo del ajedrez: serio, raro, excéntrico... Infinidad de calificativos son utilizados para juzgar este universo y lo que le rodea. Pocas personas, en cambio, son las que verdaderamente saben lo que se mueve entre peones, lo que sucede a pie de tablero. Josu Mena es una de ellas. Actual presidente del Comité Técnico de Árbitros de la Federación Española de Ajedrez, este navarro lleva años ejerciendo como juez internacional, siendo el Gran Hermano del ajedrez, el ojo que todo lo ve.
La Copa del Mundo en 2013, la Olimpiada Mundial y el Campeonato Europeo por equipos en 2014 son algunos de los últimos grandes torneos en los que ha participado. Ahora hace una parada en Bilbao, donde se le puede ver como árbitro principal en la Final de Maestros, en la que ya estuvo el año pasado. Mena hace su pronóstico del campeonato: “Carlsen siempre es el favorito. Es increíble la capacidad que tiene para moverse en cualquier situación. Es un jugador muy tenaz y puede alargar las partidas hasta agotar al rival”. Se nota que domina a la perfección el juego del noruego, al igual que el de la mayoría de los ajedrecistas de alto nivel, ya que acumula centenares de partidas vigiladas. “Después de tanto tiempo es fácil saber cómo es cada uno y cuál es su forma de actuar”, asegura el árbitro. Los gestos, las formas, el estilo, lo sabe casi todo, incluso sus fórmulas a la hora de concentrarse. En esto último, cada uno tiene también su método, según indica. Cada jugador elige sus armas: silencio, miradas... Vasili Ivanchuk es el más singular que se he encontrado en ese sentido. Recuerda con curiosidad el incidente que tuvieron con él en el pasado, en el torneo celebrado en la capital vizcaina, cuando las partidas se disputaban dentro de una urna gigante de la que los participantes tenían prohibido salir. “Mientras descansaba entre partida y partida, Ivanchuk siempre estaba paseando, y un día llegó a tal nivel de concentración, que olvidó dónde estaba y salió de la urna”, rememora sonriendo.
Las experiencia de este profesional es también un grado a la hora de detectar engaños. Sin embargo, las nuevas tecnologías dificultan cada vez más su trabajo. “Hoy en día cualquiera puede estar conectado con un móvil y nadie se entera”, afirma el juez. El peligro de que sean máquinas en lugar de personas las que planeen los movimientos es real. Por ello, Mena cree que las medidas para evitar estos trucos deberían reforzarse, aunque es consciente de que la rápida progresión de los trucos obstaculiza mucho la labor.
Defensor de la Regla Bilbao Dos puntos por victoria, uno por empate y ninguno por partida perdida es la calificación habitual de las competiciones de ajedrez celebradas por todo el mundo. La Final de Maestros de Bilbao en cambio, decidió hace 6 años imponer sus propias reglas. Con intención de impulsar la lucha, la organización del torneo determinó en 2008 copiar la puntuación del mundo futbolístico. Así pues, desde ese año, las victorias en el torneo bilbaino son recompensadas con tres puntos, uno más de lo usual. La medida ha sido bautizada como Regla Bilbao, ya que el torneo de la capital vizcaina es el único que usa esta forma de puntuar.
La norma ha creado mucha polémica desde el inicio, pero, para Mena, lo efectos de la medida son muy positivos y no duda en defender su aplicación: “La regla promueve la combatividad, y eso siempre es bueno. Hace el torneo más interesante para público y jugadores, que tienen que plantear las partidas más al ataque”. Los maestros han expresado muchas veces su entusiasmo por participar en el torneo bilbaino, y el juez cree el que la regla tiene mucha influencia en las buenas sensaciones: “El nivel de organización es siempre muy alto y están muy a gusto, pero sí se puede decir que la Regla Bilbao aumenta el atractivo que tiene esta competición”.