ESPAÑA: Sterbik, Víctor Tomás (3), Maqueda (3), Morros (1), Ugalde (2), Cañellas (1), Raúl Entrerríos (4), Pérez de Vargas, Gurbindo, Aginagalde (2), Antonio García (1), Baena, Rivera (4), Mindegia, Del Arco (1) y Dujshebaev (1)

DINAMARCA: Landin, Svan (2), Christiansen (2), Mensah Larsen (1), Hansen (3), Eggert (3), Toft Hansen (2), Moller, Lynggaard, Mortensen (1), Lauge, Noddesbo (5), Lindberg (1), Mollgaard (1), Damgaard (6) y Balling.

Parciales: 4-1, 5-2, 6-5, 9-7, 11-9 y 14-11 (al descanso); 15-12, 16-15, 18-18, 18-20, 19-24 y 23-27.

Árbitros: Nachevski y Nikolov (MKD). Excluyeron por dos minutos a Morros por España; y a Noddesbo por Dinamarca.

Incidencias: Unas 6.500 personas en el Centennial Hall de Breslavia.

bilbao - La selección española de balonmano, aquella que en la primera fase del Europeo de Polonia no había encajado derrota alguna, hincó ayer la rodilla ante una Dinamarca que se postula como favorita al título continental. De esta forma, los de Manolo Cadenas ya no dependen de sí mismos para pasar a las semifinales y, además de estar obligados a ganar a Rusia (mañana, 18.15 horas/Teledeporte) y el miércoles ante Hungría (20.30), deberán esperar a que sus verdugos de ayer, el combinado danés, gane a Alemania -conjunto al que España ganó de tres en la ronda anterior-.

En caso de una victoria germana y un pleno de triunfos de España en los dos próximos duelos, tendría lugar un triple empate en lo alto de la clasificación, que se resolvería con el gol average en los enfrentamientos directos. Es decir, Alemania deberá ganar de más de tres tantos a Dinamarca si quiere continuar viva en el Europeo.

En el partido de ayer, España fue capaz de lo mejor y de lo peor. Y es que tras una primera parte en la que lució un balonmano de lujo, el paso por los vestuarios pareció adormecerles y arengó a Dinamarca. Así, en la segunda mitad, los de Cadenas estuvieron negados en ataque, no supieron leer la defensa abierta de su rival, que presionaba muy arriba, y, con parcial de 0-7 en contra, acabaron derrotados y sin depender de sí mismos. - N. Marcos