bilbao - Europa se colocó muy cerca de lograr su cuarta Ryder Cup consecutiva en una jornada en la que de nuevo los duelos en foursomes hundieron las esperanzas del equipo de Estados Unidos, que va a necesitar algo parecido a un milagro para remontar la diferencia de 10-6 tras otra tarde nefasta para sus intereses. Los jugadores capitaneados por Tom Watson, que habían acabado tras los fourballs de la mañana a un punto y con el torneo muy abierto, solo pudieron sumar medio más, el que los debutantes Spieth y Reed arrancaron ante Kaymer y Rose, que igualaron su partido en el último hoyo.

Rose está siendo una de las grandes bazas de Europa ya que el inglés ha sumado tres puntos y medio de los cuatro que ha disputado. La pareja que ha formado con Henrik Stenson ha ganado sus tres emparejamientos con un altísimo nivel de juego. Por la mañana firmaron doce birdies para vencer a Watson y Kuchar. También están invictos (2 de 2) Donaldson-Westwood y Dubuisson-McDowell. Es de destacar el gran rendimiento del francés que en su primera Ryder Cup ha tirado de su pareja hacia dos triunfos contundentes que demuestran el acierto del capitán en la elección de una pareja que no entraba en las previsiones. “Graeme me inspira mucha confianza. Esto ha sido un sueño”, señaló el sorprendente Dubuisson tras derrotar a la pareja Walker-Fowler, que lo ha jugado todo y solo ha podido aportar tres empates a su equipo.

Rory McIlroy y Sergio García, el dúo estelar por ranking que ha alineado Paul McGinley, dieron al fin el nivel esperado y sumaron otro punto ante Furyk y Mahan que los europeos aprovecharon para abrir brecha y obligar a los estadounidenses a una actuación épica en la última jornada. Los anfitriones necesitan ganar solo cuatro de los doce emparejamientos individuales de hoy para retener el trofeo ya que la igualdad favorece al defensor del título. Hace dos años en Medinah, Europa se vio en una situación idéntica y fue capaz de remontar en lo que se consideró un milagro.

“Ya remontamos un 10-6 en 1999 en Brooklyn. Tenemos jugadores para hacerlo”, recordó Tim Watson para insuflar ánimos a los suyos. “Esto no se ha acabado. Aún queda mucho trabajo por hacer y debemos ponernos a ello desde la mañana”, apuntó Paul McGinley, el capitán europeo que hace dos años ayudó a Txema Olazabal y no quiere que los americanos se tomen la revancha en Gleneagles.