Stoner no entiende de contextos
casey apuesta a ganar y lo hace, a pesar de quedar lorenzo eliminado en la primera curva; ahora ambos son colíderes
Bilbao. Pestañea el semáforo, se apagan las ilusiones. El Gran Premio de Holanda se marcha. El bueno de Álvaro Bautista pierde el punto de referencia de la primera frenada en La Catedral del motociclismo. La inercia es implacable, el talaverano se lleva puesto al desafortunado Jorge Lorenzo. Como un bolo. Y con el mallorquín se va a la grava de Assen el mejor ritmo de carrera. El suyo. Giorgio viene de ganar las tres últimas carreras y solo atiende a su impotencia. Se arma de recriminaciones. Dispara contra Bautista, que terminó emocionalmente herido. "Pido disculpas. Se está jugando el campeonato y le he hecho perder unos puntos valiosísimos". Es emocionante. El chico está desolado. Es de buen corazón. Sabe que puede fallecer un título. Su bondad hace que su lástima solo se apagará con el tiempo, y si Lorenzo es campeón. Si no, será una cicatriz de por vida.
Las consecuencias son verdaderamente fatales para el desdichado Lorenzo. Además de patinar su grandiosa racha -140 puntos de 150 posibles antes de visitar Assen, números solo comparables con el 2010 en que fue campeón y sumó la mayor cantidad de puntos de la historia-, cede de golpe y porrazo 25 puntos. El talento que sumaba cuatro victorias y dos segundos puestos descendía del podio a las catacumbas del asfalto. Una mina para su moral. Toda la superioridad, la ventaja cobrada por ella, se funde con Casey Stoner, que no perdió comba. El aussie es depredador. Nada pasivo. Y alimentado por la crítica que tanto ha arreciado en su trayectoria. Quizá ahora con más agresividad que nunca. Tras el anuncio de retirada. Es incomprendido. Pero sigue sabiendo ganar. Porque pudo ser conservador. ¿Por qué no? Pero a esto no atiende su criterio.
Lo de ayer fue un selecto mano a mano con Dani Pedrosa. Aunque el catalán volvió a ser una aspirina efervescente, que salta y vibra al contacto con el agua, su semáforo, pero que termina en reposo, extasiado de la agitación y consumido. Stoner lo sabe, por supuesto. El catalán es previsible. Y entonces el australiano dejó hacer. Pedrosa abrió camino las 16 primeras vueltas de las 26 propuestas. Amagó con fugarse con una vuelta rápida en el 15º giro. Fue su condena, despertó a la bestia. Un abrazo después a Assen, con 10 vueltas ante la visera, Stoner contraatacó en el careo fraternal de Honda. Dani hizo la estaca. Bandera blanca. Tras el trabajo sucio, Casey le tomó el relevo sin compasión. Le hundió.
A más de 10 segundos, Dovizioso ponía en apuros con su Yamaha satélite a la oficial del sonrojado Spies. Y más atrás, el desconcertante Rossi rodó quinto antes de desfallecer para clasificar 13º tras visitar su box, capitulando un nuevo episodio del caótico presente y futuro de Ducati.
El título se ciñe a dos bandas. Lorenzo y Stoner, embolsado su tercer triunfo del año, colideran. "Es una vergüenza, debería haber más mano dura", salpicó Giorgio. Bautista saldrá último en Alemania, pero ya no hay renta. Motociclismo.
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