bilbao. Efrén Vázquez, eternamente preguntado por sus objetivos, por metas concisas, nunca es concreto. Una decisión que destila prudencia. No es amigo de las especulaciones. Y, a ciencia cierta, nadie es un preciso agorero. Hay factores ajenos al piloto en la configuración de un resultado. Este año lo está comprobando en sus carnes con grandes creces. Muy a pesar de ello, el de Rekalde pretende desterrar la conjunción "mala suerte" de su ideario. Prefiere la autocrítica, aunque aquí el debate se quede un tanto estéril precisamente por eso, por la sucesión de acontecimientos sobre los que no ha podido tener influencia.
¿Qué le dice la gente? Y responde Efrén: "Con los que no tienes confianza te dicen que vaya mala suerte estás teniendo, pero los allegados, en confianza, me dicen que me ven mejor que nunca". Ahí establece un silencio que busca alimentar la modestia. Da fin a su respuesta, pero indagando en sus entrañas, traspasando la piel del mono, se confiesa desvelando su intimidad, la que no suele regalar. Por prudencia. "La verdad es que en Montmeló me sentí más fuerte que nunca", comenta, estirando el hilo confesional. Y es que está siendo una temporada de agudos contrastes. Por un lado, el bilbaino solo ha terminado una carrera de cinco consumidas en las posiciones de los puntos, con la quinta plaza en Portugal, un inicio de campaña tan modesto como su primer curso mundialista, el de 2008; por otro, ha firmado sus dos mejores resultados de cara a la formación de la parrilla de salida. Ayer, en Gran Bretaña, emuló lo realizado en Francia, donde más tarde no pudo tomar la salida por la rotura de un cable "de un euro".
Y es que Efrentxu, hijo adoptivo de la persistencia, está poniendo todo de su parte para "cuajar resultados" que hagan justicia con el trabajo que se viene elaborando y el estado del que goza el vizcaino, que jamás agacha la cabeza. El optimismo es su ley y la voluntad su vehículo.
Ayer no hizo amagos y con la ambición y combatividad que le caracteriza se lanzó al protagonismo sin dilaciones, sin enlatar en conserva su ambición. Con media hora en el horizonte para concluir la sesión calificatoria Efrén pasó provisionalmente a ocupar el frente de la tabla de tiempos. Las probabilidades de lluvia durante la tanda motivaron a una estrategia agresiva. El de Rekalde trazó un giro que franqueó la barrera del 2:17. Congeló el crono en 2:16,385. La exclusividad era suya.
No obstante, con 9 minutos por descontar en la categoría de Moto3, Maverick Viñales obró para desplazar a Efrén, que luchaba por su primera pole. "La veía factible, esa es la cosa que nos ha quedado, no poder aguantarla". Si bien, está más cerca que nunca. La solidez ya es de acero para el bilbaino, armado de la paciencia que también es alma de esta ciencia y que ve como "cuestión de tiempo" el advenimiento de resultados. Falta la estabilidad dominical. Vendrá por inercia, entiende.
bautista se desvirga En MotoGP estalló la sorpresa con Álvaro Bautista. El talaverano, ante su tercer año en el barco de la categoría reina, rubricó su primera pole. Aire fresco. Aunque la lluvia fue su aliada. No en vano, la mayoría de los pilotos se retiró a los garajes cuando aún restaban 8 minutos de sesión para la formación de la parrilla de salida. Bautista ya había dejado entonces su impronta. Tras él, Spies, Stoner, Lorenzo y Pedrosa, en este orden. Rossi, que comenzó el viernes siendo el más rápido -bendita lluvia, pensará- largará hoy décimo.
En Moto2, Espargaró dominó los cuatro entrenamientos en Silverstone. Márquez, mientras, sufrió una fuerte caída en la matinal, pero resultó ileso. Después pudo rodar en la segunda sesión, donde fue quinto. Polyccio se vio secundado por Iannone y Redding.