BILBAO. Al menos 23 montañeros españoles, incluido el mallorquín Tolo Calafat que ha muerto en las últimas horas cuando descendía el Annapurna, han perdido la vida desde el año 2000 en las montañas de las cordilleras del Himalaya, Karakorum e Hindu Kush, que reúnen los catorce picos de más de 8.000 metros que existen en el mundo.

Aunque la mayoría de las muertes fueron producidas por accidentes, en algunas casos se debieron a enfermedades que la altitud pudo causar o agravar, como le sucedió a Juan Leza en 2001, aquejado de un edema pulmonar causado por el "mal de altura".

Hace dos años otro montañero, el navarro Iñaki Otxoa de Olza, murió también en el Annapurna después de permanecer cinco días a 7.400 metros de altitud afectado por una lesión cerebral complicada por otra pulmonar.

Grabada en la memoria queda también la muerte del alpinista guipuzcoano Félix Iñurrategi, de 33 años, aldespeñarse por un precipicio cuando descendía, junto a su hermanoAlberto, de la cumbre de la montaña pakistaní Gasherbrum II, de 8.035metros de altitud. El del Gashebrum IIera el duodécimo ascenso que los hermanos acometían a cimas de más de8.000 metros, y estaban a sólo dos de culminar su propósito de escalarlas catorce cotas más altas del planeta.

Desde 1971, cuando murió Jordi Matas en el primer accidente mortal de un escalador español en el Himalaya, el suceso más grave, por número de víctimas, sufrido por alpinistas españoles en estas montañas se produjo el 16 de octubre de 2001, cuando fallecieron cinco escaladores arrastrados por un alud en el monte Pumori de Nepal.

Allí, tres navarros y dos guipuzcoanos fuerondados por desaparecidos en octubre de 2001, cuando ascendían al montePumori (7.161 metros, Nepal). Con edades entre 22 y 27 años, era suprimera expedición al Himalaya, aunque tenían experiencias en otrascordilleras. Se supone que fueron sepultados por un alud de nieve cercade la cumbre.

Antes, en 1994, los alpinistas Juan Ignacio Atxo Apellaniz y Juan José SanSebastián fueron sorprendidos por una tormenta cuando emprendían eldescenso del K2. Apellániz falleció por agotamientoy San Sebastián sufrió graves congelaciones.