Bilbao. Meses de esfuerzo y sacrificio se fueron al traste en apenas 18 segundos, los que tardó Inaxio Perurena en completar su errático ejercicio con la piedra rectangular de 300 kilos. Su nueva escalada en del ranking histórico de peso máximo tendrá que esperar, como ya sucediera hace un año con los 295 kilos que entonces ni siquiera pudo llevar al hombro. La última alzada de 2009 trajo un desenlace inesperado. El intento rozó la perfección hasta un insuficiente tercer golpe que dejó la piedra en tierra de nadie.
La expectación era máxima en el frontón Usarrabi de Asteasu. Ya es tradición que por Nochevieja, toda gran familia de los herri kirolak se reúna allí antes de encerrarse en torno al calor de hogar, incluidos los tres forzudos que un día levantaron 300 kilos o más: Migeltxo Saralegi, Iñaki Perurena y Gibitegi. La tensión era palpable en el ambiente. Inaxio estrenaba consejero a pie de plaza, su hermano Xabier. Éste tampoco supo transmitirle la calma necesaria. Sus últimas palabras de aliento incomodaron al atleta instantes antes de abalanzarse sobre la mole de pieza que dio en la balanza 300 kilos y 400 gramos. El de Leitza sacó el plomo del suelo como mandan los cánones para llevárselo al pecho como un resorte. Dos certeros golpes de cintura colocaron su objetivo más cerca, pero la clave estuvo en el tercero. "En esas circunstancias, a esa altura y con el aliento justo es muy difícil medir las fuerzas. De todas formas pudo hacer sido peor. Gracias a Dios la piedra no me calló sobre las rodillas". Perurena II se excedió en el cuarto impulso y la piedra se escurrió de derecha a izquierda por su espalda hasta estrellarse en el suelo y hacerse mil pedazos.
A punto de cumplir los 26 años, Inaxio acarrea un largo historial de triunfos y algún que otro pequeño fracaso. Con 14 años y en poco más de dos minutos se echó al hombro en tres ocasiones 162 kilos. A los 16 alzó en Leitza una piedra de 200 kilos y a los 18 abrazó la mítica pieza de 250. Tras dar el salto a los 280 kilos en Tolosa, 2007 fue el año en el que se consolidó como un firme candidato a pulverizar todos los récords, levantando las piezas de 285 y 290 kilos. En la pasada Nochevieja erró en su primer intento con los 295 para desquitarse dos meses después con un impecable ejercicio en el mismo escenario del jueves.