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HEMOS fichado gente con ilusión, hambre y ganas de demostrar cosas". Rafa Martínez tiene clara la razón del buen comienzo de temporada del Power Electronics Valencia, que tiene en el escolta de Santpedor a su máximo anotador y una de sus piezas claves. Nueve triunfos y cuatro derrotas es el mejor balance de los taronjas en siete años. Justo el contrario del que presenta el Bizkaia Bilbao Basket. Si la clasificación se doblara por la mitad, los extremos se tocarían: los vizcainos son decimoquintos y los valencianos, cuartos. No era lo que se esperaba, pero el baloncesto no es ciencia exacta.
Mientras el Bizkaia BB no ha conseguido, de momento, que su inversión se refleje con continuidad en buenos resultados en la Liga ACB, el Power Electronics Valencia ha conseguido, otra vez, lo contrario: que con una plantilla más modesta, menos lustrosa, que la de años anteriores, todo funcione mucho mejor. "Y lo principal es que hemos recuperado a la afición", apunta Martínez. El nuevo patrocinador ha sustituido a la vera del Turia al histórico Pamesa, cuyo abandono provocó un seísmo en el baloncesto de la ACB y qué decir en la propia Valencia. El jugador catalán reconoce que "el verano fue duro porque no se sabía qué podía pasar", pero todo se recondujo en una ciudad exigente, pero de larga tradición en la élite.
Los nuevos gestores, encabezados por Vicente Solá, renovaron la confianza en Neven Spahija, muy discutido en el final de la temporada anterior y, sobre todo, dieron al técnico croata la última palabra en los fichajes. El Valencia se sacó de encima caras rémoras como Williams, Miralles o Kuqo, además de la veterana dirección de Albert Oliver, y apostó por la juventud dentro de una plantilla corta, a la que se añaden en ocasiones chavales de la cantera. "Hemos acertado con los fichajes. Se ha recuperado la ilusión y el ambiente en el vestuario es excelente", comenta. Jugadores como Nando de Colo, Marko Marinovic y Serhiy Lishchuk, pescados en los caladeros de la Eurocup y la Eurochallenge que desprecian los ricos, han aportado talento, chispa y dureza, por ese orden. Víctor Claver se ha erigido en el indiscutible referente local, con sus altos y bajos, y Kosta Perovic va ganando cuajo en la pintura con la ayuda de la contundencia de Pietrus y Nielsen.
confianza Los ingredientes han mezclado bien y "todos ayudan a ganar porque nadie se cree más importante que nadie", asegura Rafa Martínez. Ni siquiera él, que ya ha logrado dos galardones de MVP en las jornadas 5 y 10, es el séptimo jugador de la ACB que más minutos juega y el séptimo anotador a 15,4 puntos por partido. "Ahora estoy muy cómodo. Tengo la confianza de todo el mundo, el entrenador y los compañeros creen en mí y eso se nota en el rendimiento. El trabajo acaba dando sus frutos, pero también influye que el equipo funcione", reflexiona un jugador que ha ido creciendo de forma lenta, pero segura, y ha alcanzado una madurez en su juego que le lleva a llamar a las puertas de la selección.
Rafa Martínez es una de las llaves del nuevo Valencia y, como ha conocido lo anterior, el primero en avisar contra los delirios de grandeza, contra las expectativas a destiempo: "Nos pasó en Sevilla. Nos dimos cuenta de que si no vamos al 100%, cualquiera te pasa por encima, como hizo el Cajasol". Por eso, el objetivo hoy es borrar la imagen de ese partido, saldado con 29 puntos en contra. Nada de pensar en la Copa, algo que el Valencia tiene al alcance de la mano. "No podemos distraernos, ni pensar que ya está hecho. El Bilbao Basket se juega mucho y delante de su afición son muy peligrosos y están fuertes", advierte.
El jugador taronja, como tanta gente en la Liga ACB, trata de justificar el mal inicio del Bizkaia Bilbao Basket "por los muchos cambios que han tenido. Han sufrido problemas de lesiones y les está costando conjuntarse". "Pero estoy seguro de que al final estarán donde les corresponde que es arriba, en el play-off, y muy lejos en la competición europea", añade. Las mismas aspiraciones que tiene el renovado Power Electronics Valencia. Los dos clubes quieren ocupar las plazas por debajo de los dos grandes "a los que algún día se les podrá meter mano" y viajan casi de la mano por la Eurocup. Aunque esta temporada han tomado vías cruzadas. En Valencia han optado por recuperar la ilusión para volver a crecer, por la felicidad de los pobres.