Una semana después del cierre de la competición, la ausencia de novedades referidas al primer equipo solo se ha visto alterada por la ampliación de los contratos de Dani Vivian y Julen Agirrezabala. Esta última enlaza con el acuerdo con Unai Simón, anunciado antes del partido de Vallecas. El Athletic se asegura a medio plazo la continuidad de dos porteros de un nivel acreditado pese a su juventud y con un presumible gancho en el mercado.

Los entrenadores sostienen que la formación y organización de un conjunto empieza desde atrás, de la portería hacia adelante hasta llegar a la delantera. Bueno, pues el Athletic puede alardear de haberse asegurado estabilidad y excelencia en la demarcación a partir de la cual se edifica la estructura.

Se confirma además algo que saltaba a la vista: no hay ninguna otra posición mejor cubierta en el once rojiblanco. Contar con dos alternativas válidas por puesto, intercambiables o casi, constituye una aspiración tan ambiciosa como compleja. De hecho, en el Athletic de la temporada recién finalizada se ha evidenciado en varias posiciones la existencia de un candidato firme sin recambio claro. Un déficit de bazas del gusto de Valverde, de gente que le ofreciese garantías suficientes para promover la competencia. El repaso de las estadísticas lo confirma: los diez futbolistas menos utilizados suman en conjunto similar número de minutos que los acumulados en solitario por Vivian, ahora señalado como referente de presente y futuro.

Lekue y Berenguer

De ahí la importancia de disponer de hombres como Lekue o Berenguer, capaces de amoldarse a diversas funciones y con un envidiable índice de disponibilidad. Y ya que sale a la palestra, el delantero navarro acaba contrato y aunque ha dejado caer que los contactos con Ibaigane van por buen camino, sigue sin firmar. El asunto lleva largo tiempo sobre la mesa, pero ninguna de las propuestas de la directiva ha satisfecho plenamente sus deseos.

Se ha especulado con posibles pretendientes de la liga española y del extranjero al acecho, así como el influjo del fichaje de Álvaro Djaló, sobre el papel una pieza que también se desenvuelve por todo el frente del ataque. Sin embargo, el nudo de la operación radicaría en el dinero. Ibaigane ha ido aumentando la oferta inicial, pero Berenguer se ha plantado en una cantidad concreta. El margen que separa ambas posturas sería salvable, pero el tema sigue sin resolverse.

Ander Herrera

Menos problemática sería la renovación de Ander Herrera, que cuenta con el visto bueno de Valverde. El centrocampista, que cumplirá 35 años en agosto y con una presencia discreta, en cantidad y calidad, en los dos años que lleva en Bilbao, vería con buenos ojos extender el vínculo con una drástica reducción de su ficha. El aval del entrenador y la incertidumbre de que le sugiere el retorno al Zaragoza, la entidad que le formó, apuntan a fumata blanca. Por lo demás, en el horizonte no asoman llegadas que merezcan considerarse como auténticos refuerzos. Al margen de que presumiblemente el Athletic esté explorando el mercado, la escasez de futbolistas contrastados y a la vez asequibles es de dominio público. Tal sería el impedimento, por ejemplo, para captar un central que alivie la precariedad actual, descontada la incorporación de Unai Egiluz, del filial. Afrontar la nueva campaña únicamente con Vivian, Paredes y Yeray entraría en el terreno de la temeridad por motivos obvios.

En los laterales se parte con De Marcos, Gorosabel, Yuri y Lekue. Gente experta, por no subrayar su marcado índice de veteranía, para la que no se adivina relevo a corto plazo. Ni el infrautilizado Imanol ni el inédito Hugo Rincón parecen llamados a opositar a un hueco. Reflexión extensiva a Adu Ares, un extremo con apenas medio millar de minutos en dos campañas que estaría abocado a salir cedido. Recordar que en diciembre firmó hasta 2027.

La línea de medios descansaría en el trío compuesto por Galarreta, Prados y Vesga, con Herrera, los meritorios Unai y Jauregizar y acaso algún joven más en la recámara. Con la nómina descrita, vendría bien ampliar el abanico con algún elemento curtido. Así lo aconsejaría, en esta línea y en el resto, el grado de exigencia que se augura de agosto en adelante. Mencionar que ha salido a la palestra el nombre de Iván Martín, que en el Girona ha exhibido aptitudes para desempeñar distintas funciones y está tasado en una cantidad bastante asequible. Nada ha trascendido, por más que él habría deslizado su inclinación a recalar en el Athletic.

Delantero centro

Con Djaló y dando por supuesto que Berenguer no se moverá, estaría pendiente la cuestión del delantero centro. Retirado Raúl García y con Villalibre enfilando su último año de contrato y sin apenas protagonismo, está por ver qué baza maneja Valverde para evitar la saturación de Guruzeta. Novias no le faltan a Villalibre, mientras suenan Martón, Izeta y algún otro captado del Sanse, todos sin contraste en la élite. La complejidad de hallar un delantero con gol es asunto de sobra sabido, pero desde la óptica del Athletic el reto es extensivo a las demás demarcaciones apuntadas, unas cuantas, que a día de hoy reclamarían el aterrizaje de jugadores que dominan el oficio.

Pretender emular y generalizar el paradigma de la portería es ilusorio, pero el contexto reclama dar pasos en esa dirección. En los prolegómenos de una campaña que promete ser singularmente exigente, no vale conformarse solo con intentarlo.