ACABADO el curso para el Athletic toca pensar en la siguiente categoría. Siempre se habla de lo bueno que es para los rojiblancos que haya un equipo vizcaino en la división de plata... Pues ahí está el Amorebieta, que el domingo se juega la permanencia: depende de sí mismo y juega ante un rival que está casi en las mismas circunstancias. La ventaja del Mirandés es jugar como local y que le vale el empate.
La segunda parte de la temporada de los azules es para valorarla en su justa medida. Desde la llegada de Jandro, el equipo ha mejorado sustancialmente en todos los registros. De las dudas del inicio (por el desconocimiento general del técnico asturiano) se ha pasado al convencimiento de que su incorporación fue acertada. El criterio de Asier Goiria y su apuesta por el que fuera compañero suyo en su etapa como jugador han significado un cambio en la dinámica del grupo, así como en la de los resultados. Gracias a esto, el equipo ha llegado a la última fecha de liga con opciones, algo impensable hace unos pocos meses.
Los partidos ahora se compiten de tú a tú, y ya sea en casa o fuera los de Urritxe (aunque juegan en Lezama) son un auténtico problema para los rivales. La activación de algunos futbolistas ha sido clave pero, sobre todo, echar el candado a la portería ha sido definitivo. Ahora se encajan muchos menos goles y por ahí ha llegado, entre otras cosas, la reacción azul. La competencia en la portería ha sido beneficiosa para el club y los números así lo reflejan. El final de temporada del zornotzarra Magunagoitia es brutal.
Amorebieta esperará este domingo con la ilusión de continuar en la Segunda División del fútbol, la pena es que poco más de trescientos aficionados zornotzarras podrán ver en directo el partido. El resto lo vivirá en su pueblo, con los nervios y la ilusión que en los últimos años ha provocado la trayectoria de este equipo que no deja de sorprender. Si Badajoz fue un milagro, dos años después se produjo otro, aunque de otra forma. Ahora, en Anduva no se busca un milagro, ¡qué va! En Miranda hay que recoger el premio a un trabajo excepcional desde los despachos, con Jon Larrea a la cabeza, hasta el verde, con el cuerpo técnico y los futbolistas dejándose el alma en cada entrenamiento y partido. Todo esto sabiendo desde el inicio que partes con una desventaja evidente... pero no insalvable. Y menos para el Amore. ¡A-zu-les!