El guion sigue su curso. Cuántas veces hemos querido que esto suceda. Llevábamos varias temporadas en las que enganchar triunfos de manera consecutiva y ganar el día necesario se estaba convirtiendo en algo poco habitual. Pues bien, igual ha llegado el momento de dejar atrás esos fantasmas y confiar en que esta campaña el equipo ha dado un paso adelante y lo pasado, pasado está.

Veinte años son muchos pese a que en ese tiempo solo se hayan disputado siete partidos en Mendizorrotza entre albiazules y rojiblancos. El caso es que los leones han cerrado esa mala racha y con la victoria del viernes dan un paso de gigante no solo en la tabla, que también, sino en sus aspiraciones como equipo. La seguridad transmitida ante los de Luis García Palza nos hace concebir la esperanza de las posibilidades reales de un grupo que parece que confía mucho más en sus verdaderas posibilidades.

Feo o bonito, siempre hay que ser serios. Los pupilos de Ernesto Valverde ya no solo ponen voluntad y entrega, ahora también acierto y contundencia. Este equipo sabe por fin dónde y contra quién juega y cómo debe hacerlo. El derbi en Gasteiz era un choque de ritmo que solo lo podía desequilibrar la mayor calidad de los bilbainos, sobre todo en la parcela ofensiva. Dicho y hecho, así fue. Control y seguridad para dar los zarpazos pertinentes. Me encanta que los planes salgan bien.

Williams está en su mejor momento que yo recuerde. Domina los partidos y disfruta en el campo. Iñaki es ahora mismo un jugador determinante en todas las facetas del juego, pasa, marca, ayuda, una auténtica barbaridad. Sancet cuando aparece es el faro indiscutible. Cuando el balón está en sus pies todo se ordena. Los rivales no saben por dónde va a salir y él reparte juego a sus compañeros, que reciben el balón en las mejores condiciones posibles, es diferencial. Un gusto para los ojos.

He hablado de dos, pero la cosa puede aumentar al resto de compañeros. La actuación coral ante el Alavés no es casualidad. El trabajo de Guruzeta arriba es descomunal, así como la organización en el centro del campo de Vesga y Galarreta, lástima su lesión. La única nota negativa del encuentro acumula demasiados minutos, Valverde se debió dar cuenta. Defensivamente más concentración es imposible pedir a los centrales y los laterales hacen algo básico pero fundamental, primero defienden y luego atacan. Eso sí, cuando atacan, son generosos y letales. De Marcos y Yuri están de diez.

Dejo para el final al portero de las cuatro metas a cero. Unai está en modo gigante. Para lo que hay que parar y, además, cuando el equipo lo necesita. La madurez de Simón es bestial y estamos ante un portero de época. Un guardameta sobrio con un temple extraordinario y que tiene una experiencia tremenda para la edad que tiene. Larga vida a este crack que defiende el arco de San Mamés. Me gusta hasta cómo va vestido, de negro, como debe ser. Qué gozada.