Macanuda, así definió el técnico la convocatoria de España para el Mundial. El asturiano, al que le gusta más un charco que a un crío, volvió a dejar a muchos insatisfechos con sus elegidos. Está claro que él es quien elige y, por supuesto, el máximo responsable en todo lo concerniente al combinado estatal. Otra cosa es que él especial es un rato y muy de los suyos. Y se nota en la lista.

Por la parte que nos toca, había cuatro opciones aunque una de ellas era remota según la prelista: Sancet. El resto podía estar perfectamente entre los 26 definitivos. Unai era fijo y parecía que Iñigo también. En el caso de Nico, aunque ha sido solo dos veces internacional, sus apariciones fueron tan sonadas que le garantizaban un billete. Al final, Simón y Williams, dentro, e Iñigo Martínez, fuera. Más allá de que el de Ondarroa atraviese un momento mejor o peor, es incomprensible su ausencia. Los centrales que lleva Luis Enrique no son para nada mejores que él y ni siquiera están en mejor forma. Laporte es el único que considero indiscutible, pero el resto, caprichos del entrenador. Tengo curiosidad por ver quién es capaz de defender a un delantero de talla mundial, pobre Unai.

Lo curioso del asunto es que no solo debía haber ido Iñigo, también Yeray, quien ni siquiera estaba en la lista previa. No entiendo cuál es el sistema a la hora de evaluar el nivel de los centrales y sus prestaciones. Lo que queda claro es que como no tengan la pelota y les ataquen, las van a pasar canutas. Los jugones están bien de medio campo para arriba, pero en parcela defensiva, lo que hay que hacer es proteger bien tu meta.

Me alegro mucho por nuestro portero y por el pequeño de los Williams. María, su ama, tiene que estar feliz ya que sus hijos harán historia en Catar. l