NO hay liga, no hay jornada, luego no hay prácticamente actualidad. Ayer un medio de comunicación catalán, concretamente Mundo Deportivo, sacaba en portada a todo trapo: “Pacto Iñigo”. Típica portada en medio de un parón futbolístico con la imagen de un jugador importantísimo del Athletic que en verano tuvo la opción de salir pero que la oferta que en su día se trasladó no fue lo suficientemente jugosa para Ibaigane. Nada nuevo bajo el sol.

El asunto en cuestión es que ni hay pacto, ni acuerdo, ni nada de nada. Iñigo Martínez solo piensa en el Athletic y en estar lo mejor posible en esta temporada que ha arrancado con tanta ilusión y que no pudo comenzar por lesión. No hay comunicación con el Barcelona después de lo sucedido en verano y aunque es obvio que tienen buena sintonía, nadie ha vuelto a hablar del asunto. A nadie se le escapa, eso sí, que en enero podría negociar con cualquiera y sin costar un euro su pase.

Por la parte rojiblanca tampoco hay movimientos. Desde una conversación en verano no ha habido ningún contacto más. En ese momento no hubo oferta concreta, tampoco la hay ahora. Puede ser entendible desde el punto de vista del club, ya que quizá en ese momento se generó una tensión más allá de lo normal por lo que significaba una posible marcha del Káiser y que precisamente por eso, Jon Uriarte y su Junta estén dejando pasar un poco de tiempo. Dicho lo cual, entiendo que en no mucho tiempo vuelvan a juntarse para intercambiar posturas. Se conocen de sobra.

Quienes en estos días sí tienen actividad y están generando noticias por doquier, son los Williams. El mayor, con Ghana –DEIA estará en el partido con Brasil– y el pequeño, con los de Luis Enrique. La familia podrá ver el debut de ambos al jugar uno en viernes y otro, en sábado. La afición del Athletic comprando la camiseta del equipo africano y preguntando en qué canal de televisión dan el partido. Quién nos iba a decir que íbamos a vivir una situación así hace unos cuantos años. Una gozada.