SE lleva, está de moda. Hay que ser un estupendo, ponerle pegas a todo. No es un tema de analizar, de medir, de cuantificar, no. El asunto va de ser distinto e ir contracorriente. Que llueve, no quiero; que hace sol, ojalá llueva. En realidad ni siquiera es un retrato de la personalidad propia. Las redes son sin lugar a dudas quienes motivan esta nueva corriente librepensadora. Los actores son gentes que entienden que su diferencia está precisamente en eso, en crear controversia y hacerse distintos ante el resto. Vamos, lo que se denominaba antes ser más raro que un perro verde. Ahora los hay a cientos. Lo peor es que todos tienen un smartphone.

El Athletic domina el partido, mete tres goles en poco más de veinte minutos y destroza al rival en menos de cuarenta. Esto, a lo que no estamos para nada acostumbrados, para los estupendos no tiene mérito. Los rivales son una banda, los goles son errores del rival y poco más o menos que hay que pedir perdón porque el calendario que ha correspondido sea este. Triste realidad a la que de verdad no me acostumbro. Está claro que ni todo es perfecto ni para nada este arranque es para tirar cohetes al aire, pero un poco de mérito yo creo que sí tiene. Sobre todo, lo de meter cuatro goles en las dos salidas de esta campaña. Independientemente de la entidad del rival, esto es Primera División y para nada es empresa sencilla sacar los partidos con esta solvencia.

Para los estupendos tampoco es bueno nada en función de quién juegue. Siempre aciertan, por unas cosas o por otras. Unos, porque les caen mal; otros, porque entienden que no quieren al club como ellos consideran; alguno, porque no le gusta cómo visten o su modelo de coche; o simplemente porque le vieron un día por la calle y no les gustó su forma de andar. Argumentos todos ellos de máximo peso a la hora de analizar el grueso de la plantilla. Lo curioso es que suelen ser análisis a posteriori y nunca previos a los partidos. Una auténtica pena. Lo sorprendente es que su opinión en algunos casos tiene una vigencia de 24 horas. Es lo que hay cuando uno quiere ser un estupendo.

El equipo de Valverde ha arrancado la liga de una manera más que correcta, eso sí, con el déficit de la derrota ante el Espanyol y el empate contra el Mallorca. Diez puntos de quince posibles es un buen botín para comenzar y es cierto que el calendario invitaba a ello. Las teorías sobre lo que puedes lograr y lo que al final consigues distan mucho. Los cuentos de la lechera no conducen a nada y la realidad es lo que sumas o no en cada partido. Los números son contundentes y ahora mismo sitúan quinto al Athletic, en puestos europeos.

En esta fase de la liga y con el partido del Rayo a la vista, el parón y el Almería, me da la sensación de que los estupendos van a tener que rebajar su nivel de crítica porque los rojiblancos pueden, por qué no, conseguir buenos resultados. Entiendo que ellos también querrán que la cosa vaya bien, ¿no? Digo esto porque de unos años a esta parte la cosa va de si están los míos o no exigimos una cosa u otra y esto sí que tengo claro no le hace nada bien al Athletic. Me gusta este equipo como me gustaba el de la pasada temporada y estoy convencido que si aparece el acierto, se pueden hacer grandes cosas.

Dicho lo cual, invito a todos los estupendos a relajarse y disfrutar con este nuevo curso que solo lleva cinco fechas y que tiene a nuestro equipo peleando por el objetivo marcado. No por poner en valor el trabajo hecho se van a perder followers o likes. Y además, ser feliz no tiene precio.