ZINEXIT, la Muestra de Cine y Derechos Humanos que promueve el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno vasco, no mueve tantas masas como el Zinemaldia u otros festivales de cine, pero sí remueve conciencias. Este año se van a proyectar varias películas que abordan diferentes temáticas como el racismo, visto desde los ojos de una mujer, la bilbaina Arantxa Echevarría, en su ya exitosa película Chinas. O como la directora noruega Mona J. Hoel, que ha abordado la violencia de género doméstica desde su propia experiencia en Night, sin utilizar ningún tipo de floritura estética. También se proyectará Until Tomorrow, una sofocante radiografía del Irán patriarcal que viven las mujeres en ese país, dirigida por Ali Asgari. Y no podía faltar 20.000 especies de abejas, de Estibaliz Urresola, que aborda la búsqueda de la identidad de una niña trans, que ha conmovido el corazón de críticos y público. Ninguna de estas películas es cine convencional, sino cine que remueve las vísceras y las conciencias. Porque el séptimo arte tiene ese poder, no transforma el mundo, pero sí la forma en que lo vemos. Las películas tienen elementos que tocan el inconsciente colectivo porque, como dicen, una imagen vale más que mil palabras. Muestras como Zinexit nos hacen recordar que no vivimos en una sociedad perfecta, sin fisuras.

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