Del llanto de Barguil al descalabro de Contador

tour. Cuando el colombiano Rigoberto Urán se encontraba pasando el control antidopaje, un miembro de la organización le dijo que había sido él, y no el francés Warren Barguil, el ganador de la etapa reina. Al tiempo que mudaba su rostro, Barguil se quedaba de piedra. Había perdido por milímetros, pero resulta que en la Vuelta de 2013 le ocurrió exactamente lo mismo en una etapa que terminaba en Formigal, y también entonces fue Urán quien le arrebató la gloria, y otra vez se enteró pasando el control antidopaje. La precipitación de los responsables de la carrera en adjudicarle el triunfo le jugó una mala pasada a Warren, que no pudo contener el llanto de emoción mientras recibía el agasajo de sus paisanos. La etapa reina dejó muchas secuelas: el tremendo accidente de Porte, uno de los grandes favoritos; o el desmoronamiento de Alberto Contador, que se queda prácticamente sin opciones de optar al triunfo final. El ciclista madrileño argumentó las dos caídas que sufrió para justificarse, pero acabó reconociendo lo evidente: “las piernas no me han respondido”. Foto: Afp