RANSCURRIDA la primera semana sin las medidas restrictivas impuestas por el estado de alarma a causa de la pandemia de coronavirus, la ciudadanía vasca va acostumbrándose, sin grandes sobresaltos pero sin bajar la guardia de la cautela, a la nueva normalidad. La desaparición o relajación de las restricciones impuestas por las autoridades sanitarias -en especial, la movilidad- obliga a una mayor implicación personal y colectiva en el día día y a redoblar la parte de responsabilidad que a todos nos corresponde en la adopción de medidas de prevención que coadyuven en la contención y control de la pandemia. Así parece que está siendo, según se desprende de los datos de la evolución de la enfermedad en Euskadi. Pese a la aparición de algunos focos de contagios en días pasados, lo cierto es que todo indica que han sido debidamente controlados o cerrados y no se ha producido de momento el gran temido rebrote. Una situación que, en justicia, debe atribuirse a los sistemas de prevención, control, detección mediante test masivos y rastreo y seguimiento de contactos incluidos en los protocolos puestos en marcha por Osakidetza. En los últimos días, los responsables de la sanidad vasca se han afanado en remarcar algunas cuestiones, fundamentalmente relativas a hábitos y conductas que contienen riesgo cierto de contagio, y en insistir en el mantenimiento de la cautela y el compromiso. Así, la detección de varios casos de bebés infectados durante reuniones familiares y el aumento, asimismo, de contagios entre los jóvenes menores de 20 años también por encuentros en el ámbito cercano y domiciliario han elevado la preocupación por lo que supone de peligro para ellos y sus familiares y de síntoma de cierta sensación de ausencia de riesgo entre este colectivo, en el que también se están produciendo actividades como fiestas y botellones que incrementan la inseguridad y, con ello, la inquietud. Con todo, los datos son esperanzadores y apuntan a una tendencia positiva hacia el control de la pandemia. Ayer, por ejemplo, Euskadi únicamente registró tres contagios nuevos confirmados por PCR sin que se produjera ningún fallecimiento por covid-19 y en las UCI hay ingresadas seis personas. Son cifras que invitan a perseverar en la idea de que si no se baja la guardia y se mantiene la responsabilidad individual, es posible vencer a la enfermedad.