CUANDO Aitor Arteta se graduó en 2015, se encontró con una tasa de paro superior al 50%, así que decidió crear su propio estudio de arquitectura. Pronto descubrió que su clientela se limitaba a su entorno geográfico más cercano, algo que le impedía crecer. Por eso decidió crear Stoor.pro, una plataforma para que cualquier arquitecto pueda vender un proyecto de arquitectura en Japón o Estados Unidos, sin salir de su pueblo. Conocida como el Uber de la arquitectura, ya que genera cierto rechazo por los arquitectos que temen perder su trabajo, mientras que otros arquitectos celebran su existencia y se benefician del servicio que ofrece. “Entendemos que nuestra misión no le guste a todo el mundo, pero hemos ayudado a nuestros usuarios a aumentar su clientela y estamos muy orgullosos de ello”.

La plataforma sirve como soporte para más de 50 arquitectos, quienes venden en países como Japón, Dinamarca, Chile o Reino Unido. Cuenta con planos de todo tipo, aunque destacan las viviendas de alta categoría. Criticada de “elitista” por albergar proyectos de alto standing y casas de lujo con piscina y paredes de cristal, “son los arquitectos quienes deciden qué vender, no nosotros”, se defiende Aitor Arteta. Para finales de 2020, esperan haber facturado seis millones de euros, de los cuales el 85% va a los arquitectos que utilizan la plataforma. Su mercado es principalmente europeo, aunque ven gran potencial en China y Latinoamérica.