CASI siempre que se pierde es costumbre echar la culpa al árbitro. Es la manía de los que siempre se deben escudar en algo, como en este caso con Hernández Hernández, que hizo un arbitraje sin quererse complicar. Quitó más con sus errores al Athletic. En las cuatro tarjetas que sacó, la de Raúl García y la de Correa fueron injustas. Dentro de su diplomático arbitraje lo mejor fueron sus asistentes. No fallaron.

La jugada más discutible se dio en el primer tiempo, cuando Saúl se iba agarrando con Muniain en una disputa fuera del área que se llevó hasta dentro de la misma, que fue cuando Saúl puso la mano encima a Muniain y este aprovechó para dejarse caer. Es una jugada muy dudosa para pitar penalti.

En el 64, el gol de Morata es legal. No está en fuera de juego, porque el balón está por delante de su posición al ser enviado.

Decir que creo que algunos jugadores del Athletic merecen una oportunidad, sobre todo, el máximo goleador de Segunda B el año pasado.