ENSÁBAMOS que el problema de las carencias por la crisis sanitaria iba a mantener el foco sobre el suministro de test de detección del coronavirus, mascarillas para la población y EPIs para los profesionales. Pero da la impresión de que, una vez asegurado el suministro de papel higiénico, el ambiente preelectoral desde hace un año en Euskadi hace prioritaria otra carencia: a la oposición le faltan escaparates. Este fin de semana lo confesaba con una sinceridad de agradecer EH Bildu cuando reclamaba que se imponga por decreto la reapertura del Parlamento Vasco para "respetar al adversario". Considera EH Bildu que es algo que se puede hacer -el decreto- porque su equipo jurídico así lo dice. Aunque si es el mismo equipo jurídico que pretendía hacer de la Diputación Permanente un miniparlamento quizá debería volver a la facultad. Descartada esa vía, que nunca fue posible aunque lo reclamaran con la misma vehemencia, se anima a otra sin mayor seguridad. No hace falta. Basta con seguir bombardeando a la opinión pública con la presunción de que el Gobierno vasco impide el funcionamiento de las instituciones. Es fake, pero cuela. Ahora que el discurso estrella de la oposición de paralizar la actividad económica tiene las horas contadas, hay que buscar otro. El de las mascarillas se lo ha apropiado Sánchez. Como si las hubiera.