Por responsabilidad
VOTAR mañana nos abre a otra legislatura que debe ser continuidad en la búsqueda de soluciones a los problemas diarios de la sociedad vasca. Pero que también irá indisolublemente unida a la necesidad de resolver cuestiones históricas pendientes que dieron lugar al conflicto político vasco. Quizá sería más fácil vivir en algún otro lugar pero nos ha tocado este país y eso significa más compromiso, más retos y, seguramente, más disgustos.
La campaña se presentaba como una prolongación del lío de Madrid y, aunque los cuatro en liza allí así lo han intentado con sus visitas casi diarias, no lo han conseguido. Por otra parte, estos 15 días han demostrado una vez más que Euskadi es notablemente distinto para unas fuerzas y para otras, porque, se diga lo que se diga, los proyectos políticos -aún siendo legítimos todos ellos- demuestran claramente una ligazón nacional diferenciada.
Las argumentaciones del PP, que sigue jugando a asustar y enfrentar mientras Rajoy es incapaz de salir de su presidencia en funciones, no me han llamado la atención. Tampoco lo ha hecho Ciudadanos con su sobreactuación de yo más español. El PSOE de Idoia Mendia ha exagerado tanto su perfil contra el euskera y los derechos del pueblo vasco que más parecía que han intentado con ello parar la credibilidad decreciente de Sánchez y del propio partido ante otras cada vez menos hipotéticas terceras elecciones. Podemos, enrocado en sus guerras internas aireadas sin pudor por sus líderes en las redes sociales, ha pretendido convencernos de que respeta el derecho a decidir del pueblo vasco (nuestros dos millones y pico de personas frente a cuarenta y cuatro millones de españoles y españolas, claro está). Bildu, condicionado por la inaceptable imposición de negar su candidatura a Otegi, ha jugado a atacar al PNV y a la vez a ofrecerle acuerdos de gobierno (ya se aclararán). El PNV, más cómodo por la seguridad que le da el lehendakari Urkullu y su acción de gobierno durante estos cuatro años, se ha dedicado a contestar a unos y otras sabiendo que tiene grandes posibilidades de reeditar gobierno. Las encuestas lo afirman, aunque ya sabemos que eso solo se demuestra en la noche electoral.
Debates y mítines nos han dejado momentos estelares como cuando Carrión manipuló nuestra historia obviando que el primer lehendakari fue José Antonio Aguirre o la propuesta de Podemos de dar la RGI a todas las personas que lo soliciten, sean de donde sean y “quieran o no trabajar”. Mañana es nuestra oportunidad de votar propuestas realistas y responsables, alejadas de populismos, empobrecedores e inviables. Por responsabilidad.