Cada vez hay más listos que se aprovechan de la protección que ofrece una sociedad mercantil para cobijarse bajo ella y enriquecerse de manera corrupta. Entre empresarios de este tipo y políticos anda el juego. Me parece que deberíamos ir buscando otro término para referirnos a esas personas que buscan enriquecerse no a base de esfuerzo y trabajando duro, sino aprovechando las grietas del sistema y la buena fe de quienes cometen el error de creer en ellos.