Fuentes celestiales han confirmado que el San Cristóbal ha presentado con carácter irrevocable su dimisión como patrón y protector de los conductores por la cada vez mayor presencia en las carreteras de conductores borrachos, drogados o ambas cosas a la vez.

También se ha cabreado San Cristóbal por la cultura del alcohol implantada desde la más tierna adolescencia, convirtiendo el espectáculo de alguien borracho en algo divertido, jatorra y popular.

La mezcla de alcohol y drogas transforma al sujeto en un ente irracional, ajeno al peligro y que no siente la más mínima conciencia de poder causar la muerte de los demás ¿Por qué no se toma en serio este problema que causa un goteo terrible de víctimas?