Discurría diciembre de 2011, cuando el insigne señor Rajoy es investido presidente del Gobierno y una de las primeras medidas que aprueba es seducir a los pensionistas, prometiéndoles con carta personalizada de su ministra doña Fátima Báñez a fecha de 3 de enero de 2012 la garantía de compensar por la desviación que pudiera producirse respecto al IPC. Tirón de orejas de Bruselas, dictándole que no se pase de listo ya que esa medida no cumple exigencias presupuestarias para la Unión Europea y finalizando 2012 el gran chasco, pues faltan a su garantía y respeto y no cumplen su promesa compensatoria. ¿Mi sugerencia? Sustituir las elecciones a Cortes y votar sólo a los que nos gobiernan en Bruselas, ante tanta evidencia. Mira por donde, ahora, al cabo de siete años, y en el torbellino de campañas electorales, leo un mensaje del hasta ahora eurodiputado y candidato Javier Nart, textualizado así: “El 80% de lo que pasa en España es como consecuencia de decisiones que llegan desde la Unión Europea”. Siendo esto así, en la profana creencia de que en la política suele influir la aritmética, me hago la siguiente reflexión: si en la Carrera de San Jerónimo solo tienen que trabajar sobre el 20% de decisiones, evidentemente, hay excedente, justamente el 80% de los 350 asientos. Es decir, con 70 diputados, suficiente. No voy a ser cicatero, y le concedo un margen, El de complementos, por ejemplo, un 50% más, hasta los 105. Recorte de 245 puestos. Si no hemos superado la época de descartes, justo será que lo paguen todos, inclusive los que los dictan.