Desde que se estrenó El Padrino sabemos que detrás de una oferta que no se puede rechazar no hay una bicoca sino una extorsión. A la Universidad de Harvard le ha hecho Trump una de esas y, como la ha rechazado, le ha cortado una financiación de 2.200 millones de dólares. La razón: no le gusta que los estudiantes protesten contra el genocidio en Gaza. La uni –cree el presi– supura ideario woke, como todo el que no supure sumisión. Una caterva de iletrados aplaude que se meta en cintura a todos esos irresponsables que leen e investigan, los muy librepensadores.