UNA jueza de Gasteiz se ha empeñado en hacerse un hueco en la llegada del bebé de unos recién estrenados aita y ama. Sin causa lógica les ha prohibido poner a su hija el nombre de Hazia (semilla en euskera) porque es un sustantivo. Algo que no tiene ni pies ni cabeza cuando tenemos el país lleno de niños Ibai (río), Haritz (roble o bellota) o Iraultza (revolución). Y qué decir de nuestras niñas Haizea (aire), Arantza (espina) o Itsaso (mar). Entre cientos y cientos. Como solución les impone llamar a su pequeña Zia (semilla, en latín). Juzguen ustedes. Yo me quedo sin palabras.