DESCONFÍO del debate del coste económico y ambiental de los plenos de la Eurocámara. Entiendo que no es práctico celebrarlos en Estrasburgo por pura imagen pero me escama que se destaque tanto lo que se gasta y emite a la atmósfera en la reunión de los representantes de la soberanía de los europeos y tan poco lo que gastamos y contaminamos los urbanitas en nuestras prácticas de ocio y vacaciones. Que no se trata de no ir y que ya sé que nuestros políticos están para dar ejemplo pero, qué sé yo, que concienciarnos del impacto ajeno no nos desconciencie del propio.