Silbato de oro
Llevo varios días pensando en esto, me tiene preocupado y ocupado. Tras el partido de Copa ante el Valencia, varias reflexiones me han venido a la cabeza. Independientemente de tener claro que arbitrar es complicado y que los profesionales se lo ponen difícil, José Bordalás, el que más, el Comité debe elegir muy pero que muy bien el árbitro para la vuelta de la semifinal en Mestalla. Quedó claro que si el trencilla es blando y condescendiente, Pepe lleva el partido donde él quiere y esto es malo para el rival de los valencianistas, en definitiva, para el espectador. Medina Cantalejo habló de esto, me da esperanza.
El choque del próximo 2 de marzo necesita un colegiado con carácter que marque territorio pero, sobre todo, dirija el partido con mano de hierro. No vale eso de dejar que pasen los minutos sin querer meterse en líos. Es uno de esos días en los que si un equipo se tiene que quedar con nueve, que se quede. No se pueden permitir perdidas de tiempo desde el primer minuto ni marrullerías varias. Siempre se alude a lo de la legalidad, de acuerdo, pero también es legal aplicar el reglamento y si este no se está cumpliendo, la sanción es legítima. Tengo claro que si las tarjetas aparecen, todo esto acaba rápido.
Hay varios candidatos a ocupar el puesto de juez del encuentro y creo que todos los tenemos en la cabeza. Solo hace falta tener personalidad y no caer en la presión de la grada. Queremos un partido en el que se juegue al fútbol y en el que se jueguen más de 25 minutos de juego efectivo. Creo que no es pedir demasiado. Quien arbitre va a determinar todo esto y más allá de lesiones, descansos y demás, la labor del referee será definitiva para todo lo expuesto anteriormente. No puede repetirse lo sucedido en San Mamés. Munuera perpetró uno de los peores arbitrajes que recuerdo.
Dicho esto, confío plenamente en Marcelino Van a llegar de la mejor manera posible y está fuera de toda duda su nivel competitivo. Saben que va a ser una batalla terrible, en un ambiente hostil, normal, haríamos aquí lo mismo. Si analizamos la trayectoria de unos y otros queda fuera de toda duda la posibilidad clara de llegar a otra final, sería la tercera consecutiva. Una auténtica pasada. El subidón del 4-0 a la Real debe ayudar, por lo menos moralmente.
Sobre el partido del domingo ante el Barcelona, poco o nada que decir. La calculadora al poder. Ismael Fernández, el preparador físico, tiene la llave. Él y el míster lo tienen claro. El objetivo es que lleguen en la mejor de las condiciones los futbolistas que serán utilizados para la semifinal de Copa. Competir, por supuesto, pero sin arriesgar para nada. El del Camp Nou es un partido que no se da especialmente bien y no es ningún drama caer allí. Es más, lo normal es venir de allí de vacío. Lo que no sería de recibo es regresar vacíos físicamente con tan poco tiempo para recuperar. Vergonzoso lo de los calendarios y la confección de los mismos.