AUN a riesgo de que me llamen terrorista, asesino y otras cosas feas, voy a meterme con el rey. No son tiempos para esconderse. También le dí lo suyo cuando aquel infame discurso del 3 de octubre, así que está claro que formo parte del eje del mal. A lo que íbamos. Que el jefe del Estado, mando supremo de las Fuerzas Armadas, tenga que alabar el “compromiso” del Ejército con la Constitución en el día de la Pascua Militar es como para temblar. Ese compromiso debería ser obvio. Es como si a usted le alaba su jefe por ir a trabajar, ni siquiera por hacerlo bien. Ruido de sables.