MARTA Pérez es una mediofondista española que participa en el Mundial de atletismo que se celebra en Doha. No va para medalla pero la merece solo por lo que ha dicho. Que Doha es un desvarío de competición sin público; no se retransmite por televisión en el país; con una temperatura oscilante entre 30 y 42 grados, fía la supervivencia -literal- de los competidores al uso masivo de aire acondicionado con su consiguiente impacto ambiental. Y, como dice Marta, las mujeres que compiten allí no podrán ser ejemplo para unas niñas locales sometidas por ley. ¿Alquien toma nota?