ACABADO eso que algunos llaman crisis de gobierno en Bizkaia -cero parecen pocos ceses o dimisiones comparadas con las dos o tres propias de las de otros gabinetes-, quedan en evidencia errores de cálculo. El primero, el que ha dado margen a la barrila, que ahora se corregirá con una nueva redacción de la norma, igual de oportuna para captar fondos, que es de lo que iba. Pero es citar al Athletic y se activa la legión de damnificados vocacionales. Debieron preverlo. Y los diputados socialistas, haber leído la norma que aprobaban y habérsela explicado a Mendia. Para no entender solo lo que diga “la prensa”.