VALE, Pablo Iglesias no va a ser ministro. Pero no es difícil imaginar que Podemos querrá que, por ejemplo, Irene Montero o Pablo Echenique se sienten en el Consejo de Ministros de Sánchez. ¡No digamos ya si, en un alarde de mala leche, eligiesen a Monedero! ¿Tendrán esos ministros diferente discurso sobre Catalunya? ¿No hablarán ya de “presos políticos”? ¿Serán de la confianza de Sánchez? Esta negociación se parece demasiado a un juego de trileros, expresión que le gusta mucho a Iglesias. El problema es que sabemos de so-bra dónde está la bolita.