YA no hay dudas sobre la participación británica en las elecciones europeas del 26-M. Lo que encarece el precio del escaño en la circunscripción única estatal. Harán falta, pues, todas las voluntades para obtener una representación vasca con agenda propia -cabeza de ratón- más allá de las que se diluyan, como muestra la experiencia, en grupos mayores. Y un detalle a tener en cuenta: puede haber segunda vuelta. Si, posteriormente, hay Brexit, los resultados de ese día servirán para dar entrada a cinco europarlamentarios más. Es más caro, pero es una inversión de futuro.