LA Audiencia de Araba desinfla el caso Hiriko. Sobresee la causa penal del coche eléctrico porque no hay indicios sólidos de desvío de fondos, malversación, blanqueo, etc. Acusaban hasta a 14 sociedades y empresas y sirvieron para construir un relato político que tenía al PNV en el punto de mira. En 2015, una comisión parlamentaria exigió dimisiones en el Gobierno Urkullu. El juicio mercantil redujo el caso a gestión imprudente y el Tribunal de Cuentas lo desestimó. El tiempo judicial y el político no coinciden pero el orden lógico antepone el primero. Ahora se va a reprobar a Darpón por un caso no tramitado. Ruido.