El Ejército ruso comenzó la reconquista de las zonas fronterizas de la región de Kursk bajo control ucraniano con un contraataque sorpresa que le ha permitido retomar diez localidades en las últimas 48 horas y con el objetivo, según expertos, de liberar Kursk antes de las elecciones presidenciales estadounidenses.
La contraofensiva rusa fue confirmada ayer por el Ministerio de Defensa ruso, pero también por el propio presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien dijo, enigmáticamente, que “todo va según el plan ucraniano”.
Las fuerzas rusas logran así su primer gran éxito en Kursk desde que las tropas enemigas penetraran en territorio ruso el pasado 6 de agosto, la primera vez que eso ocurría desde 1941. “Ahora los estamos echando y los acabaremos echando. No puede caber ninguna duda”, dijo Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso.
Retomar la iniciativa
Según los blogueros militares rusos, el contraataque ruso comenzó el pasado martes e implicó a varios regimientos y unidades mecanizadas. En esas 48 horas el ejército ruso ha recuperado una decena de localidades entre las que figura Snagost, convertida por las fuerzas ucranianas en un puesto fortificado.
Esto debería permitir a Moscú desbloquear una gran unidad arrinconada en el vecino distrito de Glushkovo, entre el río Seim y la frontera ucraniana. Además, también fueron liberadas las localidades de Biajovo, Gordéevka, Apanasovka, Vishnevka, Víktorovka, Vpezápnoye, Krasnooktiábrskoye, Óbujovka y 10º Oktiabr.
Los blogueros rusos estimaron en más de 150 kilómetros cuadrados la superficie recuperada en Kursk, donde los ucranianos llegaron a controlar 1.300 kilómetros cuadrados.
Plazo límite
Según expertos como Ruslán Levíev, director del equipo Conflict Intelligence Team, el ejército ruso quiere liberar Kursk antes de las elecciones presidenciales estadounidenses, pero no había lanzado su contraofensiva hasta ahora por no tener la absoluta seguridad de que tendría éxito.
El objetivo es que Kiev no llegue al 5 de noviembre con esa baza en la mano, lo que le permitiría utilizar las zonas bajo su control en Kursk como moneda de cambio en unas futuras negociaciones de paz.
El estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) confirmó los avances rusos en su último informe y los intentos de rodear las tropas enemigas, pero no la reconquista de localidades como Snagost.
En su informe asegura que, por primera vez desde los primeros meses de la guerra, Moscú podría haber recurrido a grupos tácticos de batallón para expulsar al enemigo de su territorio, lo que incluye compañías combinadas con un alto nivel de preparación en combate.
Rusia mantiene que no ha desviado a las fuerzas que combaten en el Donbás, pero, según Kiev, habría desplegado hasta 60.000 soldados en Kursk.
Bombas derribadas
Las fuerzas antiaéreas rusas derribaron ayer cinco bombas aéreas guiadas y dos drones en zonas fronterizas de Kursk, en medio de la contraofensiva de Moscú para recuperar el terreno perdido.
“Otras cuatro bombas aéreas guiadas y dos aparatos no tripulados fueron destruidos en la zona fronteriza de Kursk”, escribió el gobernador local, Alexéi Smirnov, en su cuenta de Telegram.
En corto
Objetivos de Ucrania. Ucrania espera recibir por fin el permiso para atacar territorio ruso con misiles occidentales de largo alcance, ya que aumentaría significativamente la capacidad de defensa del país al quedar expuestos cientos de objetivos militares rusos, entre ellos más de una decena de aeródromos.
Blinken en Polonia. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, aseguró ayer que la estrategia aliada de apoyo a Ucrania “hará como ha hecho hasta ahora: adaptarse a la situación en el campo de batalla” y las necesidades ucranianas.
Durante una rueda de prensa en Varsovia, Blinken reiteró que “Polonia tiene derecho a defenderse” y a “defender su espacio aéreo, como cualquier país aliado”, si bien rehusó “entrar en detalles técnicos” o confirmar que Polonia podrá derribar misiles disparados por Rusia que amenacen su territorio.