Siempre se ha dicho que la garantía de un producto suele cubrir eventualidades que nunca se producen, es decir, lo que no se rompe o desgasta. En el caso del automóvil, los plazos de cobertura se han ampliado por ley y ya contemplan los tres años. No obstante, para ser más competitivas, algunas firmas extienden mucho más esa vigencia. Es su modo de marcar diferencias respecto a las demás y de demostrar confianza en sus propios automóviles.
El Real Decreto-Ley 7/2021 establece que, desde el pasado 1 de enero de 2022, todos los automóviles nuevos dispongan de garantía oficial durante tres años, con independencia de la cantidad de kilómetros que recorran en ese periodo. La gran mayoría de fabricantes -la proporción es dos de cada tres-, se ciñe a lo exigido por la legislación y cumple a rajatabla ese precepto legal del trienio.
El resto aplica fórmulas más o menos imaginativas que amplían o completan dicha prestación en distinta medida. Con este recurso pretende sumar alicientes a sus productos. No parece probable que alguien decida adquirir un modelo concreto solamente por el hecho de que este ofrezca una garantía más amplia. En cambio, sí resulta coherente pensar que quien duda entre dos o más automóviles acabe decantándose por el más confiable, esto es, por el que augure menos riesgo de incurrir en gastos de mantenimiento inesperados.
Una garantía larga es una de las formas más directas y elocuentes que un constructor tiene de demostrar al público hasta qué punto confía en sus propias creaciones. Por medio de ella está diciendo “mis coches son fiables”. Nadie se compromete a asegurar algo susceptible de fallar y, en consecuencia, de generar costes adicionales. Este recurso de la amplia cobertura es una herramienta que funciona especialmente bien a fabricantes poco conocidos, con una fiabilidad por demostrar, que pueden despertar recelos en la clientela potencial.
Kia aún era uno de ellos cuando comenzó a ofrecer en todos sus automóviles la prestación de siete años o 150.000 kilómetros (lo que antes suceda). Convertida hoy en una marca popular y solvente, se desenvuelve en un escenario distinto porque ya nadie pone en duda su calidad. A pesar de ello, Kia continúa aferrada a la cláusula del septenio libre de problemas, convertida ya en la seña de identidad que alimenta su credibilidad.
De paso, sirve de inspiración a recién llegados como MG, Omoda y Jaecoo que, deseosos de cobrar notoriedad y de repetir el éxito de la firma surcoreana, han optado por calcar la misma receta de siete años o 150.000 km de garantía. Kia y MG no distinguen entre modelos electrificados o de combustión. Por su parte, las dos marcas del grupo Chery amplían a ocho años y 160.000 km la cobertura de la batería de sus versiones 100% eléctricas.
Mazda y BYD siguen la estela de las cuatro firmas más generosas y aplican seis años o 150.000 km de protección total frente a posibles averías o defectos en sus modelos. En el caso de los eléctricos, la batería permanece garantizada durante ocho años o 160.000 km (200.000 en el caso de la marca china).
A continuación aparece un pelotón integrado por once fabricantes que conceden cinco años de cobertura a sus productos. Son Aiways, Alfa Romeo, Honda, Hyundai, Jaguar, Land Rover, Mitsubishi, SWM, KGM, Suzuki y Xpeng. En los casos de Alfa Romeo, Honda y Hyundai, esta prestación no tiene limitaciones de kilometraje. En los demás, este fluctúa entre 100.000 y 150.000 km. También difiere el amparo a la batería, si bien la mayoría brinda 8 años y 160.000 km; Land Rover y KGM ofrecen seis años, mientras que Suzuki se queda en cinco.
DFSK y Tesla se mueven entre ese bloque y el de la mayoría de marcas -treinta y tres en total- que cumplen estrictamente con los tres años de garantía obligatoria. Ni uno más. La firma china ofrece distintas coberturas dependiendo del modelo (cuatro, seis y siete años). La de Elon Musk limita la duración a cuatro años, y cubre las baterías durante ocho, con kilometrajes diferentes en cada vehículo.
Unos cuantos fabricantes dejan abierta la posibilidad de ampliar la vigencia de su garantía, bien a cambio de una aportación económica adicional o bien de manera gratuita. Esta gratuidad es relativa, porque exige fidelidad al propio servicio técnico a la hora de realizar los mantenimientos periódicos. Cada caso es distinto. En el de Citroën, la garantía oficial se puede ir extendiendo año tras año hasta convertir en diez (o 200.000 km) los tres preceptivos. Dacia los prolonga hasta siete (o 150.000 km). Nissan también aplica la fórmula de la póliza renovable anualmente hasta alcanzar los diez (o 200.000 km). Peugeot llega a ocho años (o 160.000 km).
Lexus y Toyota baten el récord comprometiéndose a coberturas prácticamente de por vida: 15 años o 250.000 km. Resulta curioso que las baterías de sus vehículos, mayoritariamente híbridos, solamente están cubiertas durante cinco años o 100.000 km.
Vigencia de la garantía
7 años
Kia, Omoda, Jaecoo y MG.
6 años
Mazda y BYD.
5 años
Aiways, Alfa Romeo, Honda, Hyundai, Jaguar, Land Rover, Mitsubishi, SWM, KGM, Suzuki y Xpeng.
4 años
DFSK y Tesla.
3 años
Abarth, Audi, BMW, Citroën, Cupra, Dacia, DS, Ferrari, Fiat, Ford, Infiniti, Jeep, Lamborghini, Lancia, Lexus, Maserati, McLaren, Mercedes-Benz, Mini, Nissan, Opel, Peugeot, Polestar, Porsche, Renault, SEAT, Škoda, Smart, Subaru, Toyota, Volkswagen y Volvo.