El estudio de fiabilidad llevado a cabo por las organizaciones de consumidores y usuarios de cinco países europeos presenta este factor como el criterio principal de la clientela a la hora de adquirir un coche. Si eso fuese del todo cierto, las marcas mejor valoradas también liderarían las ventas. Y eso no pasa.

Es indiscutible que el grado de fiabilidad de un fabricante o de un modelo concreto puede animar o disuadir a una persona en disposición de comprar (siempre que conozca ese dato, claro). Pero nadie adquiere un coche que rebase sus posibilidades económicas o que no entre por sus ojos, por muy fiable que sea.

Siendo pragmáticos, hay que considerar la durabilidad y la ausencia de averías un plus. Son valores añadidos que refuerzan la decisión de quien ya ha elegido, por su imagen (estética y de marca), uno de los modelos que se puede permitir. Lo mismo cabe decir, en general, de factores como la sostenibilidad o la seguridad, más o menos determinantes, pero nunca primordiales al tiempo de cerrar la compra de un automóvil. Para comprobarlo, no hay más que dar un vistazo a la lista de coches más vendidos del mercado.