En la mayoría de los hogares hay plantas. Malo sea que un poto no arraigue en una maceta y vaya dando un toque verde a un rincón de la habitación, de la casa. A poca mano que se tenga, no es de extrañar que aparezcan otras plantas de interior o de exterior que den color y alegría natural. O que al lado de un aparato electrónico se coloque un cactus por aquello que se dice de que absorben las ondas o las radiaciones negativas (algo que todavía está por demostrar).

En principio todo bien, nada que objetar. Aunque si en el piso vive algún perro o algún gato, quizá convendría revisar tanto los elementos de seguridad como la lista de plantas. Porque aunque unos se muevan y reaccionen de forma visible y las otras aparentemente no, en el fondo es un asunto de convivencia a tres bandas: humanos-animales-plantas.

Un animal brioso, una maceta inestable puede acabar con solo un disgusto en el mejor de los casos. Freepik

Por un lado se trata de que tiestos, macetas, jarrones y otros soportes estén a salvo de la acción de nuestros compañeros para que no se caigan o vuelquen si el gato o el perro pasan de forma descuidada a su lado. Y confiar que no causa un accidente más grave.

Pero también hay que saber que algunas de las plantas más habituales en un hogar pueden resultar toxicas para nuestros amigos tanto si las ingieren (algo más habitual de lo que pudiera parecer) como por simple contacto.

No todas las mascotas sienten interés por las plantas de casa, pero si te ha tocado en suerte uno de los que lo fisgonean y prueban todo, especialmente si son cachorros, el riesgo existe. Un olor, una textura, un movimiento puede despertar su interés y acercarse a olerla, tocarla o mordisquearla. También puede ser por aburrimiento, porque busquen purgarse.

Por ello es más que conveniente saber que plantas podemos introducir en casa con seguridad.

Estas son las plantas que debes evitar

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