A mediados de los 2000, un videojuego titulado ‘Call of duty: United Offensive’ y en el que un jugador en primera persona disparaba a diestro y siniestro a sus enemigos sentaba las bases. La Segunda Guerra Mundial era un escenario muy recurrente en el mundo del cine, pero no había sido exprimido en una plataforma de entretenimiento de este tipo. El jugador podía elegir cualquiera de las tres grandes potencias aliadas. El cabo Scott Riley representaba a Estados Unidos; el Reino Unido aportaba al sargento James Doyle; y la Unión Soviética estaba personificada en el recluta Yuri Petrenko. 

Se incluyeron nombres, batallas y lugares reales. Así, escenarios históricos como la Batalla de las Ardenas, la Batalla de Kursk y la Operación Husky estaban a disposición de los primeros fans de la franquicia para lograr más realismo y veracidad. El primer gran giro llegó con ‘Call of Duty 4: Modern Warfare’, ya fuera de la Segunda Guerra Mundial, y en el que nos adentramos en conflictos bélicos ficticios en Europa y Oriente Medio. Las misiones, actuales, cuentan con miembros del servicio británico y del Cuerpo de Marines estadounidense. Durante su historia, este gigante del ‘gaming’ ha regresado varias veces a la II Guerra Mundial. 

La acogida del juego sigue siendo espectacular. Sus seguidores esperan ansiosos la revisión de ‘Modern Warfare II’, prevista para el 28 de octubre, y que viene precedida de una enorme expectación. “Se abre una nueva era”, advierten. Se puede reservar el videojuego en su página web, callofduty.com, donde se precisa que “los jugadores se verán inmersos en un conflicto a escala global sin precedentes que incluye el regreso de operadores icónicos de la fuerza operativa 141”. Según sus creadores, a los fans se les ofrece “una experiencia puntera con un manejo nuevo, un sistema de IA avanzado, un armero nuevo y una retahíla de innovaciones gráficas y de jugabilidad que elevarán la franquicia a otro nivel”. La multinacional Activision Blizzard se ha hecho de oro con una larguísima serie de videojuegos bélicos disponibles en ordenadores y consolas. 

Críticas y polémica Desde el principio, ‘Call of Duty’ ha estado rodeada de polémica por su crudeza y violencia descarnada, una cuestión que ha generado debate y controversia entre la comunidad educativa y las asociaciones de padres y que ha llegado incluso a las autoridades políticas. El ejemplo más claro de todo esto ocurrió en 2009. La entrega original de ‘Call of Duty: Modern Warfare 2’, la sexta de la serie, contenía una misión que recordaba a los tiempos de la Guerra Fría y de enemistad declarada entre el bando americano y el soviético.   

Por razones obvias, hoy en día no podría reproducirse un argumento como este. Encendería una chispa innecesaria. Nos metemos en la piel de un soldado estadounidense llamado Joseph Allen y que, siguiendo las órdenes de la CIA, se infiltra en un grupo terrorista ruso. Dirigidos por un ultranacionalista llamado Vladimir Makarov, la banda tiene encomendada la tarea de perpetrar una matanza en un aeropuerto de Moscú que planea acabar con la vida de cientos de civiles. Para ello, se hacen pasar por ciudadanos americanos con el objetivo de responsabilizar a los Estados Unidos de la masacre y justificar así el inicio de una guerra abierta entre las dos potencias. 

Armados hasta los dientes, Makarov les dice a los suyos al inicio de la misión: “Recuerden, nada de ruso”, en referencia al empleo del idioma. Aunque se lanza el aviso de que puede “herir sensibilidades”, el juego no se libró de las críticas y en Rusia sufrió la censura cancelándose la versión de PC. Cuentan que el diseñador del juego, Mohamed Alavi, se habría inspirado en los atentados de Bombay de 2018 en el que murieron 173 personas, así como en el tiroteo de la escuela de Columbine de 1999 y que desencadenó un fuerte debate sobre las leyes de armas y su acceso en Estados Unidos. 

La polémica misión, perteneciente al cuarto nivel del juego, se titula ‘Nada de ruso’. Su influencia en la industria del videojuego y en la cultura popular ha sido largamente comentada. En 2013 la policía detuvo a un estudiante que pretendía atacar su instituto y que, según se extrajo de las anotaciones en su cuaderno, quería que durante el atentado sonase de fondo la música del videojuego. En las últimas semanas, ‘Call of Duty’ ha sido noticia por una cuestión muy diferente y de mucho menor peso. 

La empresa de seguridad Ricohet publicó un comunicado el pasado 16 de junio sobre su sistema antitrampas y en el que se daban a conocer las nuevas medidas implementadas para cazar a los “tramposos”. Tras equipararlo con un molesto virus, a aquellos que no juegan limpio se les sustrae las armas de sus manos y le impiden dar puñetazos. Parece un asunto menor, pero es el mayor castigo en un juego donde ser pacifista no vale de nada.