Hace tiempo que las series se han convertido en faros ineludibles, destinos deseados actores y actrices que, hasta hace muy poquito, hubieran preferido el salto a la gran pantalla. Pero los números mandan. El mundo cambia, nada es igual que antes de la explosión de Netflix, HBO, Amazon Prime y compañía. Las plataformas son los amos y señores de un pastel audiovisual que cada vez copan con más ruido y presencia, amenazando la histórica supremacía de Hollywood y haciendo temblar a la industria del cine, petrificada, incapaz de dar con una fórmula satisfactoria que detenga la fiebre.

La vorágine de series que a precio de saldo devora medio mundo desde el salón de casa no es un rival cualquiera. Tienen influencia sobre las modas y tendencias, como en los 90 la música rock, un concurso televisivo o una película de Tarantino. Así que no es de extrañar que hasta la fértil y poderosa red de videojuegos se haya fijado en títulos como 'Stranger Things' para hacer caja en las aplicaciones para móviles. Atendiendo a su argumento, la próxima que perfectamente podría caer en sus redes podría ser la serie basada en la novela de la canadiense Margaret Atwood. Ojo a la sinopsis de los nuevos capítulos -ya disponibles en HBO y Vodafone TV- y sus preguntas retóricas como ganchos infalibles para retener a los fans: "¿Qué represalias podría tomar un totalitarismo militar y religioso como el de Gilead cuando está a punto de perder el control? ¿Cómo puede vivir en democracia una generación crecida bajo los preceptos de su tiranía? En esta cuarta temporada, la serie responde a estas cuestiones universales y demuestra cómo hasta lo que parecía inamovible puede tambalearse".

¿cuándo se necesita ayuda?

Todo el mundo desliza en redes sociales su opinión sobre las series de moda. Es lo que ocurre con ''El cuento de la criada', un fenómeno global. Este verano, la escritora Almudena Grandes "juró" que "pase lo que pase" no vería una temporada más sobre el infierno de Gilead. Era muy contundente con su razonamiento: "Es lamentable que con un material como éste, tan buenos principios, tan buenos finales, los productores de la serie hayan optado por estirar el chicle hasta el infinito, al precio de desvirtuar radicalmente el argumento y la naturaleza de los personajes". Realmente, lo de menos es que la autora de 'Las edades de Lulú' haya machacado sin un mínimo de piedad la serie. Necesitaba dar su opinión sobre la exitosa serie de ficción.

En 2017, la distopía que había construido la veterana escritora Margaret Atwood, de 81 años, dio un nuevo brinco. Que una novela escrita en 1984 aterrizase con tanta fuerza tres décadas después no se vio venir. El paralelismo con la realidad actual -desde Estados Unidos a Afganistán- es sorprendente. Y da miedo: un grupo de fascistas teocráticos da un golpe de Estado con la excusa del terrorismo islamista. Las mujeres han sido despojadas de todos sus derechos. En la república de Gilead se dividen en castas y pasan a convertirse en meras sirvientas y máquinas reproductoras.