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Cómo conservar el calabacín como un experto

Entre mayo y septiembre, en plena época de calabacín, es el momento ideal para aprender a conservarlo de la mejor manera

Cómo conservar el calabacín como un expertoFreepik

La conservación del calabacín empieza antes incluso de llegar a casa. Al comprarlo, es importante elegir ejemplares firmes, con la piel lisa, sin manchas y sin golpes. En cuanto a tamaño, además, los calabacines de tamaño medio suelen tener mejor sabor y textura que los más grandes, que tienden, por tamaño, a acumular más agua y, por ende, a deshidratarse y estropearse más rápido. También es preferible optar por piezas que aún conserven el pedúnculo, ya que esto ayuda a mantener su frescura durante más tiempo.

Un plato de calabacines rellenos.

El consejo es también el de evitar calabacines con piel arrugada o con zonas blandas, ya que esos son los signos primerizos de que el calabacín ya ha comenzado a deteriorarse.

Almacenamiento en el frigorífico

Una vez en casa, el calabacín debe guardarse entero, sin lavar y en un entorno con buena ventilación. La humedad exterior acelera su descomposición, así que conviene lavarlo solo justo antes de consumirlo. Lo más recomendable es almacenarlo en el cajón de las verduras del frigorífico, que estará idealmente a una temperatura entre 5 y 10 grados.

Puede colocarse dentro de una bolsa de papel o de una bolsa de tela fina para hacer que pueda respirar sin coger humedad. Si se utiliza una bolsa de plástico, es fundamental que tenga perforaciones. En estas condiciones, un calabacín fresco puede conservarse sin problema entre una y dos semanas.

Otro detalle importante es evitar guardar los calabacines cerca de frutas que emiten etileno (manzanas, plátanos, tomates...) ya que es un gas que acelera la maduración y la descomposición.

¿Y si ya está cortado o cocinado?

Cuando el calabacín ya ha sido cortado, hay que consumirlo cuanto antes. Si no es posible hay que envolver el trozo sobrante en papel film o guardarlo en un recipiente hermético dentro de la nevera. En estas condiciones, aguantará entre tres y cinco días antes de que empiece a perder textura y sabor.

En el caso de calabacines ya cocinados lo ideal es dejarlos enfriar completamente antes de refrigerarlos en un tupper bien cerrado. El tiempo recomendable para consumirlos es de tres o cuatro días. Pasado ese periodo, pueden comenzar a fermentar o a desarrollar moho.

Cómo y cuándo se pueden congelar

Si se tiene un excedente importante de calabacines, congelarlos es una opción práctica para conservarlos durante meses. No se recomienda congelarlos en crudo, ya que al descongelarse pierden textura y se vuelven blandos. Para evitarlo, es mejor blanquearlos antes.

El proceso es simple: se lavan y se cortan en rodajas o dados de tamaño similar. Luego se sumergen en agua hirviendo durante dos o tres minutos y, de inmediato, se enfrían en un recipiente con agua muy fría o con hielo. Después, se escurren y se secan, se ponen en bolsas de congelación y listo, el calabacín estará perfecto para ser congelado. Siguiendo estos pasos, podrá conservarse durante hasta un año.

Conservas caseras

Otra forma eficaz de alargar la vida de los calabacines es con conservas caseras. Uno de los métodos más sencillos es cortarlos en cubos y mezclarlos con sal y cebolla, reposar unas 24 horas para que el calabacín pierda parte de su agua y enjuagar y cocinar con vinagre, agua, azúcar y especias al gusto.

Tras otro día de maceración, la mezcla se mete en frascos de cristal esterilizados y se guarda en un lugar fresco y oscuro. Este tipo de conserva puede mantenerse en buen estado entre seis meses y un año y es una buena opción para aprovechar la temporada alta de calabacines durante todo el año.

Cómo saber si el calabacín ya no está en buen estado

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Un calabacín estropeado se reconoce por su textura blanda, presencia de moho, manchas oscuras o mal olor. En el caso de calabacín almacenado ya cortado o cocido, si una parte aparece contaminada por hongos o bacterias visibles, lo más seguro es desechar el contenido completo del recipiente, ya que la contaminación puede haberse extendido aunque no se vea a simple vista.

Comprar calabacines frescos, guardarlos bien, usarlos en el momento adecuado o recurrir a técnicas como el escaldado, la congelación o la conserva puede hacer que duren mucho más tiempo en buenas condiciones y que siempre puedas tener algo de verdura a mano en casa.