La 11ª etapa de la Vuelta a España, con salida y llegada en Bilbao, tuvo que ser neutralizada a tres kilómetros de meta después de que una protesta pro-Palestina alterara la seguridad en la recta final. Manifestantes contra la presencia del equipo Israel-Premier Tech irrumpieron en la zona de llegada, lo que derivó en enfrentamientos con la Ertzaintza y en un vallado comprometido. El balance fue de tres detenidos, varios identificados y cuatro agentes heridos, lo que llevó a la organización a dar por concluida la etapa sin ganador y a fijar los tiempos de la general en el punto de neutralización.

El comentario de Pedro Delgado

Durante la retransmisión de la etapa, el ex ciclista y comentarista Pedro “Perico” Delgado reaccionó a la reanudación de la carrera tras la primera protesta con una frase cargada de ironía: “¡Pues ya está arreglado el problema de Israel y Palestina!”. Sus palabras, pronunciadas en tono sarcástico, no tardaron en viralizarse y desataron críticas y apoyos en redes sociales.

Su compañero de cabina, Carlos de Andrés, matizó que las manifestaciones son “bienvenidas siempre que no pongan en peligro a nadie”, subrayando el derecho a protestar pero lamentando que se afectara a los ciclistas y al desarrollo deportivo.

Una protesta que se repite

El incidente en Bilbao no fue aislado. Una semana antes, en la contrarreloj por equipos de Figueres, ya se había producido un bloqueo al mismo conjunto israelí. Entonces, Delgado fue más explícito: defendió el derecho a protestar, pero sostuvo que “La Vuelta poco va a arreglar” en relación al conflicto de Gaza y que quienes pueden “cortar el bacalao” son potencias como Estados Unidos. Incluso ironizó con que “le hagan la protesta a él (en referencia a Trump) y no a los ciclistas”.

Pedro "Perico" Delgado en su época en activo Ciclismo a fondo

La decisión de cortar la etapa en Bilbao puso de relieve la dificultad de garantizar la seguridad en un evento de estas dimensiones cuando coinciden deporte y reivindicación política. La organización defendió que no existían condiciones para una llegada en masa y el Israel-Premier Tech confirmó que continuará en carrera pese a las presiones.

El desenlace deportivo

En lo estrictamente deportivo, la 11ª etapa de La Vuelta quedó marcada por la excepcionalidad. La organización decidió aplicar la regla de los tres kilómetros, lo que significó que los tiempos de la clasificación general se congelaban en ese punto y que no habría ganador oficial de la jornada. Se anuló el esperado sprint final en el centro de Bilbao, no se repartieron bonificaciones y las clasificaciones quedaron sin cambios respecto al día anterior.

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El pelotón asumió con resignación la medida: la etapa no se decidió sobre el asfalto, sino en los despachos, en una decisión inédita que convirtió la protesta en protagonista por encima del propio ciclismo.