Javier Irureta (Irun, I-IV-1948) será el domingo uno de los siete galardonados en la gala de los Premios Sabino Arana, que cumplen su XXXVI edición. El Teatro Arriaga de Bilbao será el escenario en el que se reconozca la brillante trayectoria como jugador y como entrenador de un hombre que ha dejado huella dentro y fuera de los terrenos de juego. “El fútbol ha sido mi vida y mi pasión”, remarca el irundarra, que figura como el segundo entrenador con más partidos en la historia de LaLiga.

Premio Sabino Arana 2024. Toma el relevo, entre otros, de Javier Clemente, galardonado el año pasado ¿Qué significa este reconocimiento para usted?

—Este reconocimiento, teniendo en cuenta las personas que han sido premiadas, es un motivo de orgullo y me ha dado mucha alegría.

Puede presumir de una larga y exitosa trayectoria profesional, tanto como jugador como entrenador. ¿En cuál de las dos facetas disfrutó más?

—Son sentimientos diferentes. Siendo futbolista la responsabilidad es más compartida con tus compañeros. En ambas disfruté muchísimo y tengo grandes recuerdos.

Ganó dos ligas, una Copa y una Intercontinental vestido de corto con el Atlético y fue subcampeón de la Copa de la UEFA con el Athletic en 1977. ¿Qué hubiera dado por ganar aquella final como rojiblanco ante la Juventus?

—Fue una lástima. Recuerdo que marqué el primer gol en San Mamés y estuvimos muy cerca de conseguirlo ante un equipazo como la Juventus que tenía jugadores como Zoff, Gentile, Scirea, Tardelli, Bettega, etc. Todos internacionales con Italia.

Colgó las botas y triunfó en los banquillos manteniendo siempre un comportamiento ejemplar dentro y fuera de los terrenos de juego. ¿Se siente orgulloso de ello más allá de los éxitos obtenidos?

—Siempre he intentado ser fiel a mis valores y agradezco que se tenga esa opinión sobre mí.

El Sestao, el primer equipo al que dirigió, siempre ha sido un club especial para usted. ¿Qué vivió en Las Llanas?

—Fue el primer equipo profesional al que entrené. Tengo un gran recuerdo de aquella época en la que logramos ascender a Segunda División y estuvimos muy cerca de subir a Primera. Todavía mantengo amistad con muchas de las personas con las que compartí aquellos momentos, y en la actualidad, con el club, mantengo muy buena relación. He acudido a Las Llanas en partidos especiales para mí, como, por ejemplo, contra el Deportivo de la Coruña, Real Unión o Bilbao Athletic. Espero que logre mantenerse en Primera RFEF este año.

Los mayores éxitos como técnico llegaron años después al frente del Deportivo (1998-2005). Ganó la primera liga en la historia del club gallego, la Copa del ‘centenariazo’ ante el Real Madrid en el Bernabéu y dos Supercopas de España, además de alcanzar las semifinales de la Copa de Europa. ¿Cómo recuerda aquella etapa?

—También recuerdo aquella época en el Deportivo de La Coruña con especial cariño. Fueron temporadas en las que mantuvimos el máximo nivel en cuanto a resultados y títulos, y de competir junto a los mejores equipos de Europa. La plantilla estaba compuesta por jugadores de muy diversas nacionalidades y culturas, de gran nivel futbolístico, con los que disfruté mucho. Espero que pronto vuelva a la Primera División, la afición deportivista se lo merece.

Antes de vivir todo aquello tuvo el privilegio de entrenar a Athletic (1994-95) y Real Sociedad (1995-97). No muchos pueden decirlo. ¿Qué supuso para usted sentarse en ambos banquillos?

—El Athletic siempre ha sido un equipo que he llevado en el corazón. Fui jugador, entrenador y director de Lezama. A la Real Sociedad también le estaré siempre muy agradecido por las dos temporadas que entrené allí. Como entrenador conocí los clubes por dentro y a grandes profesionales que trabajan en ellos para que la cantera y el fútbol vasco sigan siendo un referente.

Su aportación al fútbol vasco llegó también, además de ejercer como director deportivo del Athletic entre 2009 y 2011, al dirigir durante unos meses a la Euskal Selekzioa en 2011. ¿Fue la culminación a una gran carrera?

—Fue un orgullo para mí entrenar a la Euskal Selekzioa. Recuerdo que fuimos a jugar a Estonia y logramos ganar. Cerrar la etapa de entrenador formando parte de la Euskal Selekzioa y aportar mi experiencia, me hizo mucha ilusión.

¿Sueña con ver algún día la oficialidad de la Euskal Selekzioa?

—Tal vez algún día se dé, quién sabe.

¿Qué le dice el hecho de ser a día de hoy el segundo entrenador con más partidos en la historia de la Primera División con un total de 612 encuentros?

—Es un motivo de orgullo. No es sencillo mantenerte durante tantos años en la élite del fútbol y con el paso del tiempo le voy dando más valor.

Ernesto Valverde le sigue los pasos. ¿Le gustaría que fuera él quien superara su registro y alcanzara incluso a Luis Aragonés en el primer puesto?

—Desde luego. Valverde se lo merece y me alegraría por él.

¿Qué es lo mejor que le ha dado el fútbol?

—Conocer a muchas personas, buenas y que merecen la pena.

¿Y lo peor?

—El fútbol ha sido mi vida y mi pasión. Todo lo que me ha dado ha sido positivo.