Real Madrid 3

Mallorca 0

REAL MADRID: Courtois, Lucas Vázquez, Tchouaméni (Min. 55, Asencio), Rüdiger, Mendy; Valverde (Min. 75, Ceballos), Camavinga, Bellingham, Rodrygo, Mbappé y Vinícius Júnior (Min. 88, Brahim Díaz).

MALLORCA: Greif, Maffeo, Valjent, Raíllo (Min. 34, Copete), Mojica, Mascarell, Morlanes (Min. 70, Samú Costa), Darder (Min. 70, Asano), Dani Rodríguez (Min. 80, Abdón Prats), Larin (Min. 70, Navarro) y Muriqi.

Goles: 1-0: Min. 63; Jude Bellingham. 2-0: Min. 92: Martin Valjent, en p.p. 3-0: Min. 95: Rodrygo Goes.

Árbitro: De Burgos Bengoetxea (Colegio Vasco). Amonestó con tarjeta amarilla a Bellingham y a Camavinga por parte del Real Madrid.

Estadio: King Abdullah Sports City ante unos 60.000 espectadores.

Era la final de la Supercopa que todos querían en Arabia Saudí y, oh sorpresa, es la final de la Supercopa que tendrá Arabia Saudí. Barcelona y Real Madrid se verán las caras el domingo (20.00 horas) por un título descafeinado entre cuatro contendientes de los que solo interesan dos. Y lo harán después de que el conjunto blanco se llevara la semifinal ante el Mallorca con más apuros de los que ellos mismos esperaban, a pesar del resultado. De hecho, hubo que esperar al 60 para que Jude Bellingham batiera la meta defendida por Greif; pero es que mucho más hubo que aguardar, hasta el descuento, para que Valjent se metiera en propia el segundo y Rodrigo pusiera el tercero con gran acierto. Y eso que Carlo Ancelotti sacó la artillería pesada desde el inicio. De hecho, ninguno de los dos entrenadores se dejó nada en el banquillo. El objetivo no fue, pues, especular; pero es que volver al trabajo después de la Navidad le cuesta a todo el mundo. Así que el encuentro no fue lo vistoso que deseaba la parroquia saudí, aunque también es cierto que no cesó de animar. Al Real Madrid, claro.

Y de hecho, con el pitido inicial fueron los blancos quienes comenzaron apretando. Con muchas ganas. Fueron un martillo pilón por la banda izquierda, donde se alternaban Vinicius y Mbappé, con la única intención de finiquitar la semifinal por la vía rápida. Porque el conjunto de Ancelotti pensó que este partido iba a ser un trámite, que el Mallorca iba a tirar la toalla sin jugar. Y no hay que infravalorar nunca el orgullo insular. Sobre todo si está entrenado por Jagoba Arrasate. Por eso, al Madrid le costó darse cuenta de que si quería ganar, debía hacerlo con buen fútbol y con kilómetros en las piernas. Pero, cuando lo hizo, empezó a carburar. Lo intentaron Lucas Vázquez y Tchouaméni desde fuera del área, Mbappé corría al espacio sin rechistar y sobre Bellingham pivotaban todas las pelotas. Pero a la hora de la verdad, siempre aparecían Greif y sus manoplas. El Mallorca, mientras, esperaba su oportunidad con un complejo entramado defensivo que siempre le otorgaba superioridad numérica y después dejaba que sus dos torres, Muriqi y Larin, hicieran su guerra en solitario. Casi lo consigue este último en dos ocasiones, pero en una erró el cabezazo y en la otra decidió demasiado tarde. Y así, con empate a nada pero tras muchas ocasiones falladas, el partido se marchó al descanso.

La segunda mitad fue mucho más tediosa, con numerosas interrupciones y un susto de Tchouaméni, que tuvo que ser sustituido por un golpe peligroso en la cabeza. Sin embargo, pasada la hora de juego, el Real Madrid removió el avispero. Un gran robo del incombustible Rodrigo propició una contra comandada por Vinicius, que cedió de nuevo a Rodrigo para que marcara. Sin embargo, el cabezazo del brasileño se estampó en el palo y lo cazó Mbappé, que lo mandó a las manos de un Greif que repelió. Su rechace cayó finalmente a los pies de Bellingham. El inglés exhibió su envidiada efectividad y con un chut raso hizo el primero de la noche. El King Abdullah Sports City estalló de alegría.

Demasiado castigo

No había sido un gol vistoso, ni bonito. Pero sí deseado. Y con eso valía. Con el marcador en contra, Arrasate movió banquillo y metió velocidad. Quería gente en el centro y por eso sacrificó un punta. Pero es que el Madrid se crece con espacios y, una vez fuera la presión del primer tanto, comenzó a jugar con el tiempo a favor. Entonces los blancos se gustaron, con la problemática de que todos sus cracks querían su gol. Las individualidades se impusieron y el Mallorca las defendió bien, pero el cansancio final le dio la última puntilla. En concreto, dos que no se merecía: un chut de Brahim fue desviado por Valjent con la mala suerte de que cogió trayectoria de portería y un tanto de Rodrigo a un gran centro de Lucas Vázquez. Así que finalmente 3-0. Arabia Saudí ya tiene la final que buscaba.