Los incidentes ocurridos el pasado sábado durante el encuentro entre el Sestao River y el Rayo Majadahonda, que motivaron la suspensión del mismo después de que el portero visitante Sarr fuera expulsado por encararse con varios aficionados de Las Llanas, a los que acusó de haberle proferido insultos racistas, provocaron una ola de comunicados y de acusaciones, desmentidos por parte de quienes presenciaron la escena. Además de un sinfín de interpretaciones en una jornada especialmente sensible marcada por los insultos racistas en el Getafe-Sevilla de Primera División. Acusaciones a las que este diario se sumó en vista de la condena, incluso a nivel institucional, del racismo en todos sus niveles.

Sin embargo, el paso de las horas ha ido restando credibilidad a la versión de los hechos defendida por el Rayo Majadahonda. En su acta, a la que hubo que esperar hasta las 23.30 horas de la noche, el colegiado asturiano García Riesgo indicó que “ninguno de los miembros del equipo arbitral” pudo escuchar “insultos o gestos racistas” provenientes del fondo cuya portería defendía Sarr. Lo que sí señala el colegiado es que “dicho jugador agarró a uno de los espectadores de forma violenta” y que “el jugador se produjo de forma violenta” contra el propio árbitro con la intención de agredirle, tal como reza el acta. En ella, el colegiado describió lo ocurrido una vez que los madrileños se retiraron del campo: “En el túnel de vestuarios, el delegado comunica que han decidido no reanudar el partido”. Y añadió: “Ni siquiera se pudo aplicar el protocolo antirracismo ya que el equipo visitante se negó a seguir jugando”.

El protocolo, que establece que en la primera ocasión en que se produzcan insultos racistas se pare el encuentro y se avise por megafonía para que cesen dichos insultos, fue de hecho aplicado, incluso se evacuó la grada norte en la que se habían producido los hechos. Todo fue inútil ya que, para entonces, la delegación del Rayo Majadahonda ya había abandonado Las Llanas con destino a la comisaría de la Ertzaintza, donde denunciaron los insultos. Uno de los aficionados implicados, por su parte, también acudió a denunciar la agresión del guardameta senegalés.

El vicepresidente del club madrileño, Iñaki Acha, afirmó minutos después de los incidentes, que su equipo se había retirado del campo “en solidaridad” con un compañero que había recibido “insultos intolerables”. Sin embargo, en un vídeo subido a redes sociales, se puede apreciar claramente cómo los jugadores del Rayo Majadahonda hacen corro minutos después de la expulsión de su portero mientras el central Casado se está cambiando de camiseta para sustituir a Sarr, de lo cual se deduce que no tenían pensado abandonar el terreno de juego. La decisión llegó después, lo que pone en entredicho la versión del directivo.

Por el momento lo único que parece claro es que el Rayo Majadahonda se tomó la justicia por su mano y que ahora se enfrenta a una sanción por abandonar el encuentro, que podría dársele por perdido por 3-0. Sarr, por los incidentes y por el intento de agresión al árbitro, podría ser sancionado hasta con ocho partidos.