Bilbao - La FIFA y sus criterios, basados muchas veces en el número y la ecuación, cuestión totalmente desalmada en un deporte que es pura pasión, premió a Bélgica el año pasado como la mejor selección del curso. Desde fuera se veían nombres ilustres, gente con abolengo, peloteros extraordinarios como Eden Hazard, Kevin de Bruyne, Axel Witsel, Yannick Carrasco? Futbolistas como la copa de un pino, realmente afortunados por el hecho de poseer el duende, como le dicen los flamencos. Pero la vida, pensará Marc Wilmots, no es una ecuación ni una lista de nombres. La Eurocopa, tampoco. Y ahí estaba Radja Nainggolan, con el hambre intacta, un jugador de características contrarias a los ya mencionados, un tipo tatuado hasta las cejas, con una cresta que luce rubia en el derroche de peluquería de la medular belga. El batallador centrocampista de la Roma despertó a un equipo de fogueo, atascado contra una Suecia que tuvo ocasiones más claras, con un zambombazo con la derecha desde el pico del área. Isaksson no pudo hacer nada. Nainggolan no es de fogueo. Y eso que se caracteriza más por no hacer prisioneros que por el brillo, pero ayer, con el duelo agonizando, dilucidado a base de destellos estériles que no dieron color a la cita, el tipo de corte rudo, el gallo de la cresta rubia, dio algo de lustre en el 83 a un partido espeso.
De este modo, Zlatan Ibrahimovic y su conjunto se despiden de la Eurocopa con tres partidos de insuficiente y ni un gol a favor. Sin el gigante de Malmö, espíritu y cerebro del equipo en la última década, no se sabe qué vendrá. El tiempo lo dirá.
Partido extraño Fue extraño el choque porque, con el paso de los minutos en la segunda parte, al no haber centro del campo, el duelo se estiró por los dos costados. Lukaku tuvo un par, pero un cabezazo nórdico que sacó De Bruyne bajo palos dos minutos antes del tanto de Nainggolan fue la mejor ocasión hasta el gol belga, un auténtico golazo.
La primera parte, no obstante, llena de control belga por las continuas conducciones de balón de sus talentos en las bandas y las arrancadas de un De Bruyne muy activo dejó constancia de una cosa: que la selección que dominó en 2015 la calificación FIFA funciona sin criterio en la sala de máquinas. Aunque ayer no alineó Wilmots a Fellaini y Nainggolan fue el autor del gol, el cruce de caminos con el del United, el de la Roma y Axel Witsel se asoma como un stop continuo sin brújula ni cerebro. Tampoco Romelu Lukaku delante es un dechado de virtudes en el último toque y ayer lo demostró. Aun así, el técnico centroeuropeo se afanó en modelar el plan, idea cuestionable a estas alturas de la película, centrando a De Bruyne y anudando a Hazard y Carrasco a las bandas.
Eso creó control y de las botas del medio del City se descolgaron varias llegadas, para las que Lukaku estuvo lento. La primera parte, poco apasionante, anunció las dudas de la pólvora de Bélgica, roma, y el poco fútbol de Suecia: Zlatan y poco más.
Tras el paso por vestuarios, los nórdicos mejoraron su imagen y aumentó el ritmo. Llegaron a dar miedo a los favoritos. Un gol sueco y la victoria de Irlanda les hacía un destrozo mayúsculo. De Ibra nacieron momentos de igualdad. Pero no hubo gol. Murieron en la orilla y sin oler puerta. Sin pena ni gloria. La segunda mitad fueron sus mejores minutos de Eurocopa ante un bloque que necesita un norte. Con Suecia estirada, Lukaku erró dos acciones de gol. Pero allí estaba Nainggolan para arreglar el problema cuando restaba un suspiro.
Suecia0
Bélgica1
SUECIA: Isaksson; Lindelöf, Erik Johansson, Granqvist, Martin Olsson; Larsson (Min. 70, Durmaz), Ekdal, Källmström, Forsberg (Min. 83, Zengin); Berg (Min. 63, Guidetti), Ibrahimovic.
BÉLGICA: Courtois; Meunier, Alderweireld, Vermaelen, Vertonghen; Nainggolan, Witsel; Carrasco (Min. 71, Mertens), De Bruyne, Hazard (Min. 93, Origi); Lukaku (Min. 87, Benteke).
Gol: 0-1: Min. 83; Nainggolan.
Árbitro: Felix Brych (Alemania). Amonestó a los suecos Ekdal, E. Johansson, y al belga Witsel.
Incidencias: Partido de la tercera jornada del grupo E de la Eurocopa disputado en el Allianz Riviera de Niza ante 34.011 espectadores.